Cuando se producen atentados es muy corriente que pensemos que quienes los cometen tienen que ser personas enloquecidas ¿Quién si no iba a atropellar a cientos de personas para provocar una matanza? sin embargo «muchos terroristas son personas afables bien socializadas en su grupo de referencia y con capacidad de sentimientos positivos hacia sus seres queridos». (Echeburúa y De Corral, 2004, 174)
En su célebre ensayo homónimo de 1951, Eric Hoffer indagó en la naturaleza del “verdadero creyente”, el fanático, y en el activo papel que tuvo en la deriva totalitaria de los movimientos de masas de los años treinta. Fanático es “quien está dispuesto a sacrificar su vida y la de otros por una causa sagrada, una totalidad colectiva o una Arcadia futura”. Su sectarismo y férreo dogmatismo, ya sea político o religioso, lo incapacitan para respetar o considerar otro tipo de creencias u opiniones. Más de siete décadas después, la famosa divisa del “piensa como yo o muere” ha tenido y sigue teniendo una triste vigencia.
Editado por el historiador Antonio Rivera y el politólogo Eduardo Mateo, bajo el sello de Los libros de la catarata, VERDADEROS CREYENTES trata de dar a conocer las condiciones en que se forma el fanático de hoy y las posibilidades de cortocircuito el paso del pensamiento sectario a la fanatización y la violencia.
Con la colaboración de la Dirección de Víctimas y Derechos Humanos del Gobierno Vasco, la Fundación Fernando Buesa Blanco, el Instituto Valentín de Foronda y la Universidad pública del País Vasco UPV EHU.