Por Lucas F. Martín Serrano, Analista de Geopolítica y Seguridad

Enero de 2023

 

INTRODUCCIÓN

Dentro del campo de la Inteligencia, y más concretamente enmarcada dentro de las diferentes disciplinas de obtención, la que genera más controversia y debate es la obtención de información mediante fuentes humanas. Esta realidad, si bien puede estar justificada, pues no en vano es sin lugar a duda la más compleja, colisiona frontalmente con su utilidad y versatilidad.

No sólo se discute sobre su forma de empleo, escenarios donde es más útil, sus métodos, formación de los operadores, nivel de mando donde encuadrar los equipos… sino que se llega a cuestionar incluso la propia necesidad de esta basándose en la falsa creencia de que los diferentes medios de obtención “técnicos o tecnológicos” proporcionan información suficiente.

Todas estas reticencias y discusiones son por lo general fruto del gran desconocimiento que hay en torno a la Inteligencia en general y a la obtención en particular. Y si ya nos adentramos en el mundo HUMINT el desconocimiento se eleva exponencialmente.

En cualquier organización, el responsable de la toma de decisiones, si no desea que este proceso sea lo más parecido a un juego de azar, debe basar este en la información disponible. No en la cantidad sino en la calidad de esta.

Por ello es fundamental la confianza en su sistema de inteligencia, y para ello no hay otro camino que un conocimiento adecuado de este.

A continuación, haremos una serie de reflexiones generalistas con la finalidad de arrojar algo de luz sobre la disciplina de obtención HUMINT.

 

 

HUMINT. TAN NECESARIO COMO DESCONOCIDO

Un hecho común y transversal en numerosos ejércitos u organizaciones es la insatisfacción por las capacidades HUMINT. Esto provoca un mal empleo o deficiente aprovechamiento de estas, incluso difunde la sensación de que es una capacidad prescindible. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

De todas las disciplinas de obtención dentro del ámbito de la inteligencia, la más antigua de todas es, a pesar de todos los adelantos tecnológicos, la que puede considerarse la más determinante. Esta no es otra que la obtención mediante fuentes humanas o HUMINT. Es más, puede decirse que es determinante e insustituible. Y todo ello a pesar de que en ciertos ámbitos esté olvidada e incluso denostada.

Un dato para tener en cuenta es el escenario donde se actúa, el tipo de conflicto (irregular, asimétrico, convencional…) y los plazos disponibles. De hecho, será el tipo de conflicto el que determine que plazos tenemos para el empleo de las diferentes disciplinas de obtención, su conveniencia, la posible eficacia y el modo de empleo.

Fue durante las operaciones de Bosnia y Kosovo primero, y posteriormente en Irak y Afganistán donde se identificó la creciente necesidad de poder contar con operadores HIUMINT. En sendas operaciones se demostró imprescindible disponer de inteligencia sobre la situación económica, cultural, política, social… y esta sólo podía obtenerse interactuando con fuentes humanas. Además, en los escenarios mencionados, a pesar de las diferencias en la intensidad de los conflictos que en ellos se desarrollaban, y de la misión desempeñada por nuestras fuerzas, convergían ciertos aspectos que los convertían en el campo de juego perfecto para el despliegue de equipos HUMINT.

No se trataba de conflictos convencionales con frentes definidos, continuos y estables. Las zonas de contacto eran muy porosas y difusas. Todos los contendientes empleaban TTP,s propias de la guerra irregular, había una  “atomización” de los grupos beligerantes, nuestras fuerzas se movían en zonas donde convivían todo tipo de sentimiento, con comunidades afines y hostiles…

En un ambiente así, el acceso a la información que circula entre la población y el poder contar con fuentes dentro o cerca de todas las facciones posibles se convirtió en una necesidad imperiosa, principalmente para la protección de las fuerzas propias.

En estos entornos, además, se dio la circunstancia de un empleo mínimo o deficiente por parte de los elementos hostiles de medios técnicos o tecnológicos, lo cual incrementó la necesidad del empleo de equipos HUMINT por revelarse estos no sólo como los más adecuados sino como los únicos en diversas ocasiones. Ello permitió identificar a elementos concretos, grupos, localizarlos, entender su estructura y funcionamiento etc.

Es cierto que los avances tecnológicos, especialmente en un escenario como el actual son una gran ayuda, pues nos permiten acceder a la información de una forma más inmediata, limpia y segura. Sin embargo, no hay nada que pueda sustituir la relación humana, la interacción entre un operador y su fuente.

Un emisor de señales, ondas o comunicaciones puede ser interceptado y proporcionarlos la información puntual que en ese momento circula o es emitida por este. Es lo que podríamos llamar una foto fija del momento de la intercepción. O varias fotos de los diferentes momentos en que las emisiones son interceptadas.

Sin embargo, una fuente humana puede ser dirigida y orientada para de ese modo dirigir la obtención hacia aquella porción de la información a la cual tiene acceso que nos sea de más utilidad y satisfaga nuestras necesidades.

A todo lo anterior se ha de añadir la información que un operador entrenado puede obtener a través de lo que conocemos como comunicación no verbal, e incluso de esos elementos intangibles que sólo su experiencia y adiestramiento le permite percibir. Esa es una diferencia insalvable para los medios técnicos y otra línea de defensa ante posibles acciones de decepción o desinformación.

Es habitual que se de por sentado que la utilidad, o más bien, la capacidad de empleo de medios de obtención HUMINT disminuye según aumenta la intensidad de un conflicto, habiendo quien opina directamente la conveniencia de suprimir esta en escenarios convencionales de alta intensidad.

Sin embargo, este enfoque es erróneo, pues obvia que la disciplina HUMINT adquiere otras formas y empleo que difieren en cierto modo de la idea preconcebida que tenemos de ella, fruto del desconocimiento de las capacidades de los equipos de obtención HUMINT y en no pocas ocasiones de la reflejado en las publicaciones oficiales. Y esas otras facetas como por ejemplo la conducción de interrogatorios de personal capturado son absolutamente imprescindibles.

Un aspecto importante para tener en cuenta cuando empleamos fundamentalmente medios técnicos de obtención es su vulnerabilidad a la decepción. No quiere esto decir que la obtención HUMINT sea inmune a esta, pero la interacción humana añade un componente extra frente a este tipo de circunstancias siempre y cuando nos refiramos a operadores muy bien adiestrados y experimentados. Aquí se ha de poner de manifiesto la importancia de disponer de operadores con un grado de adiestramiento excepcional, lo cual comienza por una cuidada selección de los candidatos. Este tema, probablemente el más importante cuando tratamos la disciplina HUMINT será objeto de escritos posteriores.

El que esta forma de obtención pueda ser considerada, empleando términos coloquiales, “la reina” de las disciplinas, no quiere decir que haya que hacer de menos otras o incluso considerarlas prescindibles. Todas son necesarias, y precisamente su complementariedad es lo que nos garantiza el poder llevar a cabo un análisis adecuado de la información obtenida para llegar a elaborar productos útiles para quien haya de tomar decisiones.

Actualmente podemos considerar que SIGINT, IMINT y HUMINT son los tres pilares de la obtención. Y cualquier sistema de inteligencia debe basar su fase de obtención en ellos. Además, no sólo son complementarios, sino que su empleo en conjunto hace que la posibilidad de interferirlos o alimentarlos con información falsa o caer en el empleo de información circular disminuya exponencialmente.

Un factor clave es determinar y entender los principios de la disciplina HUMINT. La principal diferencia entre esta y otras disciplinas radica en que los sensores no son elementos técnicos, sino seres humanos, y los sistemas grupos de personas en lugar de redes de aparatos.

Cuando descendemos a la base del problema nos encontramos con que no existe una relación clara y definida de los principios y características deseables que deben reunir los operadores HUMINT. Esos factores son los que en definitiva deberían determinar la idoneidad de un candidato para actuar como operador.

Implementar un proceso adecuado de selección y un detallado programa de adiestramiento posterior tiene grandes implicaciones a muchos niveles, tales como gestión de personal, recursos, instalaciones, etc.

Cualquier programa de instrucción y adiestramiento HUMINT debe tener como punto de partida un adecuado proceso de selección de candidatos. Al mismo tiempo es imprescindible un proceso de filtrado organizado y completo por parte del área correspondiente (CI).

Esta labor de supervisión no cesará aquí, sino que durante el desarrollo de operaciones HUMINT el área de CI deberá supervisar estas con la finalidad de evitar que la función HUMINT se transforme en una red víctima de operaciones de decepción intencionadas o desviaciones no intencionadas.

 

Por todo lo anteriormente expuesto podemos extraer como conclusiones principales:

    • La disciplina de obtención HUMINT aun siendo la más antigua es probablemente la más desconocida y la que genera por ese mismo motivo más recelo o controversia.
    • Es una disciplina de obtención imprescindible, complementaria del resto que permite una mejor dirección la labor de obtención.
    • La base de un buen sistema de obtención de información mediante fuentes humanas es la selección previa del personal y su cuidada formación.
    • Adquiere su máxima utilidad en escenarios irregulares o asimétricos.