Si deseamos pensar bien, hemos de procurar conocer la verdad, es decir la realidad de las cosas. ¿De qué sirve discurrir con sutileza, ó con profundidad aparente, si el pensamiento no está conforme con la realidad?

Jaime Balmes, El Criterio (1845)

 

 

Hace unos meses, el periodista kosovés (y kosovar) Veton Surroi tuvo la ocurrencia de preguntar a tres máquinas de inteligencia artificial (Gemini de Google, CoPilot de Microsoft y ChatGPT) cómo veían el futuro de los Balcanes Occidentales hacia 2030. La respuesta unificada, que Surroi publicó en Koha (diario de Pristina en lengua albanesa), era probablemente similar al informe que la próxima jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, habrá recibido de sus futuros subordinados en estas semanas finales de preparación antes de asumir sus funciones[1]. Es, al menos, lo que Surroi imagina. Y conoce suficientemente bien el funcionamiento de las instituciones occidentales como para que aceptemos que, probablemente, no se equivoca demasiado.

Como nos recuerda el periodista kosovés, “la inteligencia artificial no puede producir algo que no exista en el discurso público”, lo que significa que el supuesto informe interno para la señora Kallas deriva necesariamente de lo que los responsables europeos de distinto nivel han declarado durante los últimos años. Un eurooptimista se felicitaría por ello: la Unión Europea es tan transparente que su política real coincide al cien por cien con la declarada. Un europesimista respondería que, en realidad, la Unión Europea carece de política, que todo es relato, que el relato surge de las intuiciones de nuestros responsables políticos y que su único objeto es responder a las necesidades (a menudo coyunturales) de los que lo ponen en circulación.

Toma de decisiones y sistema de anticipación[2]

Suponemos que en un sistema político racional, como el nuestro, los dirigentes que elegimos adoptan decisiones sabias sobre la base del asesoramiento experto que reciben. Por una parte, los analistas de inteligencia les explican la realidad e ilustran sobre su posible evolución. Por otra, los asesores políticos desarrollan líneas de acción alternativas y prevén los posibles efectos de cada una de ellas. Unos y otros son profesionales bien preparados y, al menos en teoría, completamente indiferentes a las conveniencias políticas de sus “amos y señores”.  Ambos elementos, decisores políticos y expertos apolíticos, forman un sistema equilibrado que debería fallar raramente.

Parece, sin embargo, que nuestro sistema comete con frecuencia errores y que muchos de estos errores tienen consecuencias catastróficas. Como el ritmo de la gran política (nivel estratégico) es muy distinto del de la pequeña política y mucho más lento, es normal que estos errores de decisión pasen desapercibidos y no se comprendan hasta años o décadas después de haber sido cometidos. Existen, sin embargo, circunstancias en las que la historia se acelera y podemos valorar, casi en tiempo real, qué se ha hecho bien y qué se ha hecho mal. El actual conflicto con Rusia nos ofrece algunos ejemplos interesantes.

Un sistema que falla

Durante las dos últimas décadas, la política energética de la Unión Europea ha estado orientada hacia la consecución de dos objetivos: la descarbonización y la seguridad de nuestros abastecimientos. Se suponía que, en caso de tensiones geopolíticas graves, nuestro principal suministrador (Rusia) podría intentar presionarnos cortándonos la energía, así que teníamos que protegernos ante tal eventualidad[3]. Pues parece que esas supuestas intenciones de Putin eran pura fantasía. Llegó la guerra en 2022 y los rusos siguieron abasteciéndonos. Al final, hemos sido nosotros mismos los que hemos reducido drásticamente nuestras compras. Y, sorpresa, el mundo (nuestro mundo) no se ha venido abajo.

Si nuestros analistas de inteligencia se han equivocado al valorar las posibles intenciones rusas, los asesores políticos también lo han hecho al prever los efectos de nuestra respuesta a la invasión de Ucrania. Las sanciones que Occidente ha impuesto durante los últimos años deberían haber degradado de manera permanente la capacidad industrial de Rusia[4] y, como algún político norteamericano proclamaba en 2022, aislado por completo el país y devuelto su economía a la Edad de Piedra[5]. En realidad, la economía rusa ha sido capaz de soportar casi tres años de dura guerra de desgaste y está creciendo a un ritmo más rápido que la española[6]. También en este aspecto, algo importante ha fallado en nuestros cálculos.

¿Podríamos hacerlo mejor?

La práctica de la inteligencia está basada en algunos supuestos básicos. Y, entre ellos, quizá el más importante sea que la verdad existe. Una verdad que a menudo es difícil de alcanzar y comprender, una verdad que puede evolucionar con rapidez, pero que, con todo, está ahí. Y que es importante.

Los políticos profesionales son conscientes de que la existencia de la verdad, pero, en ciertas circunstancias, su conocimiento puede no ser para ellos una materia con la prioridad más alta. Ellos buscan obtener el suficiente respaldo popular como para ganar elecciones y, en otro nivel, suficiente apoyo para poner en práctica determinadas políticas. Por ello, para los políticos el relato es absolutamente primordial. Es el relato lo que les permite ganar elecciones y es el relato lo que les ayuda a conseguir el apoyo que necesitan. Por eso, es muy frecuente que busquen que la inteligencia les proporcione material para alimentar su “máquina de creación de relatos”, más que la verdad.

Podemos y debemos hacerlo mejor. Pero, para ello, necesitamos una cultura política que favorezca la discrepancia. Necesitamos que nuestros políticos crean que el mundo real existe, que no todo es relato. Que estén dispuestos a escuchar las malas noticias que los expertos a veces les van a traer. Mientras estén convencidos de que la realidad es secundaria, que lo importante es cómo se cuente, los analistas no van a producir para ellos algo que saben que no va a ser bien recibido. Se limitarán a generar “munición intelectual” para ser utilizada por sus amos y señores en sus batallas dialécticas.

E, inevitablemente, la realidad se vengará de ellos. Y de nosotros.

 

ANEXO

Cómo ve la inteligencia artificial los Balcanes Occidentales en 2030

El paquete informativo para el nuevo jefe de la diplomacia europea podría ser así. Desafortunadamente.
Veton Surroi
Koha, 07.08.2024 [7]

1.

Le hice la misma pregunta a tres «máquinas» de inteligencia artificial: Gemini de Google, ChatGPT y CoPilot de Microsoft: ¿cómo ven el futuro de los Balcanes Occidentales en 2030? Obtuve tres respuestas diferentes, aunque no muy alejadas entre sí. Luego copié las tres respuestas recibidas de estas tres máquinas y les pedí que crearan un texto unificado.

El texto que creó ChatGPT (…) fue el siguiente:

Los Balcanes Occidentales en 2030: una intersección de oportunidades y desafíos

El futuro de los Balcanes Occidentales en 2030 es rico en posibilidades, pero también lleno de incertidumbres. La integración en la Unión Europea, el desarrollo económico y la estabilidad política son tres pilares que determinarán la trayectoria de la región.

Posibles escenarios:

  • Integración exitosa en la UE: Un escenario optimista que conducirá al crecimiento económico, fortaleciendo la democracia y reduciendo la dependencia de factores externos.
  • Estancamiento temporal: Un lento proceso de integración, influenciado por desafíos internos y externos, que deja a la región en una zona gris.
  • Crecientes tensiones: Un escenario pesimista con escalada de conflictos no resueltos, mayor influencia de las grandes potencias y riesgo de desestabilización de la región.

Factores clave:

  • Proceso de ampliación de la UE: La velocidad y las condiciones de la ampliación serán cruciales para motivar reformas y atraer inversiones.
  • Reformas internas: Fortalecer el Estado de derecho, luchar contra la corrupción y modernizar la economía son esenciales para un futuro mejor.
  • Influencia de las grandes potencias: La competencia por la influencia en la región continuará, creando oportunidades y desafíos.
  • Cuestiones históricas: Las disputas no resueltas pueden reactivar y obstaculizar la cooperación regional.
  • Crisis globales: Eventos inesperados como las pandemias pueden afectar inesperadamente los acontecimientos en la región.

Qué esperar: 

  • Economía más integrada: Los vínculos económicos con la UE se fortalecerán, pero el aumento del desempleo y la emigración pueden crear desafíos.
  • Crecimiento de la inversión: los sectores de energía, infraestructura y turismo atraerán más inversiones.
  • Clase media en crecimiento: si las reformas tienen éxito, se creará una clase media más amplia, que exigirá más democracia y libertad.
  • Cooperación regional: Se profundizará la cooperación en el ámbito del comercio, la energía y las infraestructuras.
  • Desafíos actuales: la corrupción, el crimen organizado y la dependencia de los combustibles fósiles seguirán siendo obstáculos.

Conclusión:

El futuro de los Balcanes Occidentales depende de las elecciones de los gobiernos, del compromiso de los ciudadanos y del apoyo de la comunidad internacional. La región tiene el potencial de realizar una transición exitosa hacia un futuro mejor, pero ello requerirá esfuerzos sostenidos y una visión clara para el futuro.

Preguntas para la discusión:

  • ¿Cuáles son los factores más importantes que determinarán el futuro de los Balcanes Occidentales?
  • ¿Qué papel debería desempeñar la UE en este proceso?
  • ¿Cómo se pueden abordar las cuestiones históricas y fortalecer la cooperación regional?

2.

Toda la operación para alcanzar tal resultado requirió bastante menos de media hora. Y un documento así es fácil que tenga similitudes con el paquete que se preparará para la nueva jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas. Las tres máquinas de inteligencia artificial analizan las palabras, el discurso público, y el análisis del discurso público en los Balcanes Occidentales apunta a escenarios similares a los de los pronósticos meteorológicos de los años setenta: puede que llueva, pero puede también que no; todo depende de los vientos del norte, oeste y sur.

Si las tres máquinas de inteligencia artificial hubieran existido hace diez años, habría producido un documento muy similar: los Balcanes Occidentales estarían una vez más en la intersección de oportunidades y desafíos.

Y es que las tres máquinas de IA a menudo suenan como Peter Stano, el portavoz del SEAE, o sus jefes. Por ejemplo, cuando proclaman que “la velocidad y las condiciones de la expansión serán decisivas para motivar reformas y atraer inversiones», o “fortalecer el Estado de derecho, luchar contra la corrupción y modernizar la economía son esenciales para un futuro mejor».

Pero el hecho de que este documento hubiera sido exactamente igual si en 2014 hubiera habido máquinas de IA plantea una cuestión elemental: si Kaja Kallas recibe un documento semejante, ¿cuál es el valor añadido de todo el aparato responsable de la formulación de la política exterior de la Unión Europea?

(…)

3.

Repetí estas preguntas a ChatGPT y me dio una larga explicación, que podría haber salido nuevamente del SEAE, o incluso de organizaciones e institutos de la sociedad civil que se ocupan de la relación entre la UE y los Balcanes Occidentales. Reiteré entonces la pregunta de otra forma: ¿qué es lo que la UE debería hacer y qué no ha hecho? Y la respuesta fue, más o menos, que debería hacer más de lo que ha hecho y de una forma más profunda.

La inteligencia artificial no puede producir algo que no exista en el discurso público. ChatGPT, CoPilot y Gemini no pueden producir soluciones que no existen en la cabeza de las personas. La inteligencia artificial es artificial: no tiene voluntad propia. Por tanto, ni siquiera puede ser un sustituto de la voluntad en el discurso de la inteligencia humana.

La mejor lección que puede enseñar la inteligencia artificial es sobre las deficiencias del pensamiento humano, en particular del que se manifiesta públicamente. Si en este discurso del siglo XXI estas son las posibilidades que se vislumbran para los Balcanes Occidentales, la ventaja de la IA es que nos lo muestra en unos pocos segundos. El llamado catártico para mejores soluciones ya no tiene por qué ocurrir con grandes conferencias internacionales: ChatGPT, junto con Gemini y Copilot, puede mostrar en unos minutos la discrepancia entre la realidad de los Balcanes Occidentales y el pensamiento político en la UE.

4.

No quería hacer una simple pregunta a las máquinas de inteligencia artificial, esperando (quizá con prejuicios, o con razón) que la respuesta la responderían los portavoces del SEAE o los diplomáticos que tratan con la región. La pregunta es: ¿por qué Serbia está hoy más alejada de la UE que cuando se convirtió en Estado candidato a miembro de la Unión Europea en 2012?

Para el nuevo equipo del SEAE, quizás esta podría ser una de las preguntas iniciales con las que entenderán cuál es la naturaleza de la misión que les espera en los Balcanes Occidentales.

 

[1]     En anexo se acompaña una traducción automática al español del artículo de Surroi.

[2]     Rosen, R. (2011). Anticipatory systems. En Anticipatory systems: Philosophical, mathematical, and methodological foundations (pp. 313-370). Nueva York, Springer New York.

[3]     A lo largo de las dos últimas décadas, multitud de trabajos y declaraciones han difundido esta tesis. Para un ejemplo temprano, véase Smith, K.C. (2006, enero). Security Implications of Russian Energy Policies. CEPS Policy Brief No. 90.

[4]     Lo dijo el Presidente Biden en sus Remarks (…) on Russia’s Unprovoked and Unjustified Attack on Ukraine, del 24 de febrero de 2024. https://www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2022/02/24/remarks-by-president-biden-on-russias-unprovoked-and-unjustified-attack-on-ukraine/ (acceso: 9 OCT 2024).

[5]     Representante Jim Himes (demócrata por Connecticut), junio de 2022. https://thehill.com/business/3260821-yellen-faces-bipartisan-pressure-to-ramp-up-russian-sanctions-after-bucha/ (acceso: 9 OCT 2024).

[6]     Según el economista francés Jacques Sapir, la economía rusa crecerá un 3,6-3,8% en 2024 y un 2,5-3% en 2025. Véase https://x.com/russeurope/status/1842478868705194112 (acceso: 5 OCT 2024). Según las últimas previsiones del Gobierno, la española lo hará un 2,4% en 2024 y un 2,2% en 2025. Véase https://www.lamoncloa.gob.es/consejodeministros/resumenes/paginas/2024/240924-rueda-de-prensa-ministros.aspx#:~:text=Las%20nuevas%20previsiones%20del%20Ejecutivo,por%20el%20Gobierno%20hasta%20ahora (acceso: 9 OCT 2024).

[7]     https://www.koha.net/veshtrime/428153/si-e-sheh-inteligjenca-artificiale-ballkanin-perendimor-me-2030 (acceso: 8 AGO 2024). Traducción de Google Translate con corrección humana.