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Futuro no elegido y paz simulada, actualmente, son axiomas. Balcanes, parte I
“En el 477 a.c. se forma la Liga Délica una asociación entre Atenas y las ciudades jonias, cuya finalidad era defenderse de los persas. Pero, la Liga pasa de ser un sistema de defensa, a ser, un sistema donde se depositan los impuestos; pues el persa ya no acosaba.”
Historia de la guerra del Peloponeso,
Tucídides.
Futuro no elegido y paz simulada, actualmente, son axiomas.
Inteligencia estratégica.
Santiago Montesinos Chía,
Analista de Inteligencia.
Colaborador en la Cátedra de Servicios de Inteligencia.
Profesor en el Máster Interuniversitario en Analista de Inteligencia.
En cuanto a la inteligencia estratégica se refiere, las políticas domésticas, tanto como las políticas externas, se observan bajo el prisma de la inteligencia. De hecho, tal cual lo explicó al que se considera pionero y prácticamente fundador de la inteligencia estratégica, Sherman Kent: “es conocimiento vital para la supervivencia, poseer toda clase de información sobre todos los países. Con especial interés en las políticas que los distintos Estados realizan en otros países”
El objetivo, según Kent, es establecer si el despliegue de estas políticas deben ser consideradas como actos hostiles a los propios intereses, y por tanto, se deben bloquear. Otras, de detectarse en su fase incipiente, se analizan detalladamente para saber si procedería contrarrestarlas o atajarlas para que no se consoliden. Luego, todo este conocimiento se traslada a las personas que ejercen el liderazgo político, para que decidan.
No obstante, en aras de focalizar el tema de este artículo (divido en dos partes), en esta primera, es indispensable conocer que algunas políticas positivas que China despliega en otros países, se realizan a través de todo un entramado de empresas que suelen tener vínculos muy estrechos con el gobierno de Pekín. Y desde hace años, se sabe, que en la práctica esto significa también, que estas empresas hacen circular dinero gubernamental chino que infla artificialmente la influencia de Beijing y anula sustancialmente la percepción sobre los impulsos que en la zona están o han estado realizando el resto. *
Por tanto, al realizar el trabajo preliminar de obtener información con el fin de establecer posibles relaciones entre políticas positivas que de alguna forma pudieran considerase hipotéticamente, o bien fácticamente hostiles, se pueden observar algunas de las siguientes evidencias que cuanto menos cabría valorar.
El gobierno de la República popular de China, de forma directa, o bien, de manera indirecta, financia plantas de carbón en Bosnia y Herzegovina. La República Srpska ha firmado acuerdos comerciales con diversas empresas chinas, principalmente para proyectos de infraestructuras, como autopistas o centrales hidroeléctricas. En Croacia, China, está construyendo el Peljesac, un puente de 2.404 metros, para conectar el continente con la región más austral de Dubrovnik. En Montenegro, China, está construyendo una vía de circulación para conectar el puerto de Bar con Serbia. En Macedonia del Norte, otra compañía china está construyendo una carretera en el oeste del país. En Serbia, Beijing ha invertido más de cuatro mil millones de dólares, que se sepa, en menos de nueve años. En cuanto a Kosovo, ya es conocido su amplio soporte y apoyo. Y, en lo que se refiere a la zona balcánica en general y su relación con la República de China, a través de lo denominado OBOR (One Belt One Road) y la iniciativa 16+1 de cooperación entre el gobierno de Xi Jinping y el resto de los países de los Balcanes, es ampliamente conocida. Y es, en este punto donde se detiene la lista de evidencias, tan solo porque consignar las inversiones chinas en la región de los Balcanes ocuparía decenas de páginas.
Sin embargo, lo que nos coloca ante un problema de contradicción, es que el listado de las inversiones que ha realizado la Unión Europea en la zona ocuparían cientos y cada tabla contiene miles de asientos. Y se ha hecho, en estos mismos países balcánicos, con especial incidencia en los conocidos como los seis (Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte, e incluso Kosovo) los cuales durante años han estado muy cercanos a la esfera europea. -aunque para este autor debieran ser “siete”, tan solo con el fin de incluir específicamente y hacer conocer más el nombre de la República Srpska-
Así, que para sintetizar, se podría resumir con el titulo de uno de los mayores clásicos de la literatura china: Wu Cheng’en; “viaja” al oeste. Porque, en la hipótesis también cabe, que sea China la que haya viajado hacía estos países. Aunque, qué el viaje haya sido a la inversa, por los distintos asuntos que se van a tratar en lo que inmediatamente precede, también se sostiene.
No obstante, todas estas piezas de información, como todas las que se evalúen de manera independiente y de forma aislada, tan solo dibujarán un conocimiento muy útil, pero sutil. A no ser, que se levanten todas las barreras de lo que en realidad pudieran ocultar y acabar desencadenando. A su vez, se pueden considerar un buen ejemplo explicativo para la temática que se pretende abordar.
El futuro de los llamados seis de los Balcanes en la Unión Europea, ha ido basculando en virtud de los distintos liderazgos políticos que se han ido sucediendo unos a otros. Sin embargo, huelga decir, que en la actualidad en la escena europea confluyen nuevas ideologías políticas. Pero, el escenario político es, el elegido, y por así decirlo, las decisiones que tomen en el escenario lleno de incertidumbres que hay actualmente, influirán en el devenir de la Unión Europea y sin duda, lo que se decida en Europa actuará a modo de impulsor en las actuales zonas donde Europa aún tiene influencia.
Todo ello, hace necesario analizar el escenario actual, para poder analizar lo que sucederá a continuación. Y, observar con detenimiento las inversiones que otros países o Estados realizan en las distintas zonas de interés para la Unión, porque ello es tanto, una cuestión económica como una labor que también debe observarse bajo el prisma de la inteligencia. Lo que no excluye el vector de los indicadores de cambios en la política doméstica de cada país, que es muy probable que se produzcan debido al futuro no elegido en el que nos hallamos. Consuetudinariamente, de manera poco dudable se reflejará en el futuro de la UE.
Partiendo de los anteriores términos, en el contexto general, la primera oleada de la Covid 19, por extensión, quizá, ayude a evidenciar que estamos en un futuro no elegido, y los distintos Estados de la Unión Europea, acontezca lo que acontezca, y aunque entre sus distintos y distintas gobernantes, o aspirantes a gobernar, existieran quienes así lo pensaran o desearan, en este momento no debieran renunciar a cohesionar su inventario ideológico con ciertos aspectos relacionados con la escalada de la lucha por el poder que ejercen terceros; pues, en cierta medida definen y evidencian, tanto los comportamientos tácticos de estos países, como las ideas que fundamentan sus diferentes estrategias generales para igualarse. Que a su vez, enmascaran movimientos estratégicos que realizan para superarse entre sí. Y, la Unión Europea se ve y se verá afectada.
Por otro lado, cabe dentro de la lógica argumentar que quienes ejercen tareas de gobernantes y que rigen los distintos países que componen la Unión Europea, están obligados a coexistir avanzando, racionalizando consecuentes decisiones en base a neutralizar influencias que se están realizando. Del mismo modo, se debiera admitir que el argumento …en tanto en cuanto las circunstancias no varíen. Ha dejado de ser el principal argumento para realizar los cálculos.
Como ya es sabido, la amenaza nuclear, ahora está acompañada del espacio exterior, el ciberespacio, los efectos duales del desarrollo tecnológico -cada vez más prominentes- en su aplicación militar. La desinformación y un etcétera que se cita. Los cuales son motivos más que suficientes para argumentarlo. Y por ende, la actual pandemia y sus efectos económicos, que impulsarán los sociales y con ello los políticos, no tan sólo sucederán en la UE, sino en sus zonas de influencia, como son los Balcanes. Y las ideologías antagónicas, no debieran impedir ver qué, con la paz de Dayton de 1995, rubricada en París, siempre se intuyó, que en cierto modo, lo firmado era un acuerdo de paz simulada.
No obstante, en esta primera parte, y para explicar las citadas ideas clave a desarrollar, no podemos abstraernos de citar algunos antecedentes, que ayuden a entender lo que fue definido como conflictos engarzados a lo “étnico-nacional” Porque, es bien sabido que el futuro que era más probable se construyó en el pasado. Pues; quizá, la inestabilidad preexistente y muy existente de los países occidentales sitos en la región que un día fue conocida como Rumeli (los Balcanes), comenzó a gestarse de nuevo, por así decirlo, quizá sin pretenderse, en 1959, cuando Dwight David Eisenhower y Nikita Jruskov se reunieron en Camp David para sentar las bases de una separación lógica. El contexto ideológico por muy antagónico que fuese, debía separarse e ir alejándose gradualmente del planteamiento nuclear o atómico, que imperaba desde 1947, porque suponía una amenaza contra la supervivencia vital de ambos bloques.
Pero, distintos factores, que en el historiográfico se pueden consultar, se fueron alineando, encadenando y desencadenándose, en distintas fases de tensión, amenaza, disminución de la amenaza nuclear, moderación del enfrentamiento y distensión, para comenzar de nuevo. Este proceso cíclico, quizá, tenga su mejor ejemplo en los acontecimientos históricos ocurridos en octubre de 1962, que se pueden consultar en el libro de Robert Kennedy, titulado Thirteen Days: A Memoir of the Cuban Missile Crisis (1969), o para mayor detalle, en las 29.000 páginas que componen los documentos desclasificados de la época. Sea, como ya ha sido ampliamente estudiado, el primer espíritu de Camp David nunca se consolidó. Por contra, lo que sí se consolidaron fueron las zonas de influencia, hasta la caída del telón de acero.
Como ya es bien sabido, el muro cayó en Berlín, pero en la región balcánica se produjo, entre otras, la consecuencia de la desintegración de lo que un día fue la Yugoslavia del mariscal Josip Broz “Tito” y se tardó poco tiempo en comprobar que en la citada región la teoría realista de Hans Morgenthau no operaba; pues, distintos elementos étnicos, religiosos, las distintas reivindicaciones de soberanía territorial y la llamada “cuestión nacional” hacían imposible que la teoría operase llevada a su dimensión práctica. Como consecuencia, los distintos odios acumulados resurgieron de nuevo a la superficie hasta resultar imposible dejar de lado el rol activo que hubo de cumplir la ONU, la Unión Europea y la OTAN hasta alcanzar los citados acuerdos de Dayton. Pero, a pesar de ello él statu quo no bélico y de reformas políticas alcanzado, pausaba, pero no eliminaba del escenario las tensiones. De hecho, se mantuvieron distintas misiones IFOR -Implementation Force-
La expansión de la Unión Europea hacía la zona, templó actitudes y aportó estabilidad. Sin embargo, el protocolo de adhesión no se cumplió y los objetivos totales no se alcanzaron. La citada cuestión nacional, los distintos componentes étnicos como religiosos, de cada uno de los países balcánicos, su valor geopolítico y geoestratégico en cuanto a tránsito de gasoductos y oleoductos, las dependencias de las importaciones hidrocarburíferas y la recuperación de la Federación de Rusia, pueden ser, sin duda, una parte de la explicación de que no se alcanzasen los acuerdos. Sin olvidar, el estado financiero y la situación política de cada uno de los países. Si bien, la Unión europea siguió durante años siendo garante de la estabilidad, incluso habiendo intereses enfrentados dentro de la propia Unión.
Pero quizá, la Unión cometió un error de cálculo, al no tener un escenario prospectivo constante para Serbia, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte, Bosnia-Herzegovina e incluso para Kosovo y la República Srpska. *
Y en definitiva, quizá, este sea un eje principal por el cual tanto la República de China como Rusia, han ido aprovechado el hueco para adelantarse, sumándose Turquía. En base a todo lo anterior, es por lo que actualmente, la hipótesis de que un nuevo conflicto se esté gestando * y pueda desencadenarse empieza a acumular algunos indicadores de alerta temprana y están muy conectados con la evolución de todos los anteriores factores ya citados.
La República popular de China, ha extendido sus tentáculos de influencia, y suele ser un denominador común en la estrategia de Beijing no abandonar los lugares en los cuales fija sus objetivos. De hecho, valga a modo de ejemplo ilustrativo que ya estuvo con un perfil bajo en el Líbano en 1985 y sigue en la zona.
En cuanto a la Federación de Rusia ha aumentado buena parte de la influencia que ya poseía, y que se consideró una alerta en 2017. Por otro lado, un alcalde que devino a ser sultán, Recep Tayyip Erdoğan, espera activamente, para ver qué beneficios estratégicos puede extraer. E incluso, asoman indicadores de los intentos de influencia de la Hungría del primer ministro Viktor Orban.*
No obstante, en el panorama actual, lo que sí se sabe, es que constituye una mala idea descartar la probabilidad de que los conflictos no se libren de distintas formas y maneras, incluso en tierra de otros, como respuesta a actos que se han llevado a término en un lugar remoto.
Significa, que constituye un análisis condenado a tener probabilidades de fracasar, descartar que si China realiza unas maniobras en el mar de Sur, simulando, o bien, realizando actividades para consolidar sus posiciones, como respuesta no se pueden efectuar acciones contrarias, tales como lanzar el Atlas V, que transporta un navío espacial X-37B para una misión secreta. Combinado con contrarrestar influencias en un país donde el gobierno de Beijing quiera, o esté extendiendo su influencia. Sin embargo, lo realmente importante es que la Unión Europea no sea un mero testigo.
En buena medida se puede argumentar, que la UE tiene talento acumulado, para poder influir con otros medios en la zona, con el objetivo de construir el futuro, y a su vez, evitar el escenario que como consecuencia, de la lucha entre la República de China, Estados Unidos y la Federación de Rusia, se produzca la gestación de un nuevo conflicto endógeno, que en realidad sería exógeno con consecuencias multilaterales. Existen antecedentes que lo avalan, tanto en la cronología reciente, como en la actualidad. El riesgo es, que tanto Moscú, como Beijing, como Washington, uno, o unos en alianza, o bien, otras combinaciones, acaben apoyando tanto a quienes ellos creen que se debe, como a quienes no se debe, en base a…el enemigo de mi enemigo…Y, del mismo modo evitar el peor de los escenarios, que se pierda la influencia europea en la zona para siempre.
En cuanto a indicadores o precursores, no se podría decir que no hay en la columna del haber. De hecho, el expresidente de Serbia Boris Tadic, ya manifestó el pasado noviembre, 2019, que: “si la Unión Europea no está en los Balcanes, lo harán China, Rusia y Turquía” Por otro lado, también es cierto que la pandemia no ha impedido celebrar telemáticamente la cumbre de Zagreb – reunión de la UE con los seis Estados balcánicos occidentales- pues; el Consejo Europeo, consideraba imprescindible mantenerla. Del mismo modo, Nathalie Tocci (Istituti Affari Internazionali) describe de un modo muy ajustado el escenario prospectivo: “El riesgo no es que los Balcanes occidentales naveguen hacia Eldorado chino, sino de que la región se hunda social, económica y democráticamente bajo el peso de una epidemia y de las realidades que la covid-19 ha sacado a la luz”
No obstante, no se puede dejar fuera del análisis el escenario global. Porque, sin dudarlo afecta y afectará más de lo que a primera vista pudiera parecer. Y la sensación más peligrosa que cualquiera de las nuevas ideologías, y las recicladas, que componen el actual parlamento europeo pueden tener es, que guerra no tiene plural y que son cosas de otro tiempo, que suceden en otros lugares, a otras personas y que quedan fuera del contexto de la ideología política, que en su respectivo país defiendan para ir medrando. Que en cierta medida, se puede decir que algunas de estas nuevas ideologías funcionan en base a desestabilizar el proyecto de la propia unión. Dejando fuera de su inventario ideológico que el concepto de paz, en el contexto global, también se simula, o bien, se podría decir que, actualmente, la paz simulada es un axioma. No obstante, lo que más inquieta de la irrupción de estas ideologías, es que su aliciente se basa en un ensimismamiento ensimismado, por así decirlo, y con una clara querencia a focalizar su visión en lo doméstico. Siendo, la situación real que rodea exponencialmente más preocupante. De hecho, incidir que por ello se ha escogido el capitular de futuro no elegido y paz simulada, actualmente, son axiomas.
Pero, para que él capitular no suponga una mera conjetura, decir, para empezar, que las potencias con poder nuclear han ido reduciendo la producción, pero no el gasto, ni el umbral para el uso de armas nucleares. Del mismo modo, el espacio exterior, como el ciberespacio, se han ido transformando en nuevos dominios que han ido carcomiendo la estabilidad estratégica individual y la global. A todo lo anterior, habría que sumarle los problemas como consecuencia de los efectos duales del desarrollo tecnológico -cada vez más prominentes- en su aplicación militar. Y sin duda, en el escenario también concursa todo un entretejido de desinformación y propaganda en el que las sociedades democráticas nos hemos dejado enjaular. Más, los cambios en el clima, que en sí mismos constituyen una serie de amenazas.* Las vinculaciones entre una amplia gama de grupos terroristas. El crimen organizado y sus alianzas. E incluso el espionaje, han elevado exponencialmente lo que ya era sumamente complejo. Y, la posibilidad de pronosticar, sino a ciencia cierta, sí en cierta medida, se ha perdido. Debido, a que algunas de las decisiones tomadas por Donald J. Trump, han sido bastante imprevisibles. No obstante, en cuanto a este líder político se refiere se puede decir, con razón, que todos los razonamientos razonables, se encuentran influenciados por “on sait jamais” (nunca se sabe) Por ende, también se puede argumentar que actúa con bastantes semejanzas como cuando Nikita Jruskov quería recuperar la influencia pérdida.
Por todo lo anterior, es por lo qué actualmente la situación de seguridad internacional está dotada de una mayor incertidumbre. Por extensión, y como consecuencia directa de la actual pandemia, esta incertidumbre se ha acrecentado. Lo que empezó como crisis sanitaria, al no sostenerse, ha repercutido como impulsor convertible en efectos nocivos económicos, que impulsarán los sociales y con ello los políticos, que también, deben incluirse en el cuadro de situación a valorarse. Es más, estos impulsores necesitarían todo un capitulo analítico aparte.* Pero, sin dudarlo, van a afectar y estas variables no admiten la menor duda, ni en el caso de algunos de los países balcánicos específicamente,* ni en el resto de Europa.
Pero, para respetar la medida de extensión en palabras y propósito del blog, hacer reflexionar, pero sin caer en la tentación de recrearse sólo en las dificultades, y hacerlo más en las soluciones, amen de para ir concluyendo esta primera parte, cerrar acudiendo de nuevo a la historia de la guerra del Peloponeso. Sea como fuere, se estima que Europa tiene talento suficiente para poner medidas en avance, incluso para anular toda probabilidad de que con el tiempo concursara la trampa de Tucídides “lo que hizo la guerra inevitable fue el crecimiento del poder de Atenas y el temor que eso causó en Esparta”
Y, para finalizar anotar el capitular, futuro no elegido y paz simulada son axiomas, en cohesión, con una de las ideas principales de Sherman Kent sobre la inteligencia estratégica “en cuestiones de inteligencia en tiempo de guerra, cientos de miles de personas apenas dan abasto para el trabajo. En tiempo de paz, la tarea es proporcionadamente igual de enorme”
- Temas que se analizan en detalle en la II
A hombros de gigantes: estudios de inteligencia fuera de la “angloesfera”
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“Building a significant body of research on intelligence outside of the Anglosphere has the potential to create new ‘black holes’ driving the evolution of the wider universe of Intelligence Studies away from cultural biases. This diversification will require skilled and driven researchers who understand non-Anglophone cultures and are ready to explore intelligence practices and cultures in countries where their research may not be particularly welcome”. Damien Van Puyvelde y Sean Curtis |
| José Miguel Palacios, 11 de mayo de 2020 |
Damien Van Puyvelde[1], profesor de inteligencia en la Universidad de Glasgow, es, quizá, una de las figuras más brillantes en esta disciplina dentro de la generación de los nacidos durante los años ochenta. Y es ciudadano francés, aunque haya desarrollado su carrera en medios académicos anglosajones (Estados Unidos, primero, y el Reino Unido, actualmente). Hace unos años, publicó un artículo[2], escrito en colaboración con Sean Curtis (Universidad de Texas en El Paso), en el que exploraba algunos elementos clave en el desarrollo de la cultura de inteligencia. A pesar del tiempo transcurrido, las ideas que Van Puyvelde y Curtis desarrollaban hace cuatro años pueden aún servirnos de guía para analizar la situación de los estudios de inteligencia en nuestro país y en su entorno (la Unión Europea).
1) La mayor parte de los trabajos académicos sobre inteligencia es obra de autores de sexo masculino que trabajan en instituciones británicas o norteamericanas (“A vast majority of authors publishing in the two flagship journals of Intelligence Studies are males affiliated with institutions based in the United Kingdom and the United States”; Van Puyvelde & Curtis, 1048). No se trataría, por supuesto, de impedir a nadie que escribiera y publicara, pero, en opinión de estos autores, habría que animar los grupos actualmente menos representados (mujeres, no anglosajones) a participar más en el debate académico sobre inteligencia (“Western male authors should not stop researching and writing about intelligence, but encouraging a more diverse set of authors to write about intelligence and exploring non-Anglophone cultures might provide new and important insights into the nature of intelligence”; Van Puyvelde & Curtis, 1041). Porque es bueno para el progreso de la disciplina.
2) La incorporación de perspectivas no anglosajonas es, en opinión de ambos autores, una tendencia al alza (“In the last few years, a growing number of scholars have sought to remediate the lack of content diversity in the field of Intelligence Studies by researching intelligence outside of the Anglosphere”; Van Puyvelde & Curtis, 1041). Lo que resulta más discutible es si estas aportaciones (cada vez más numerosas) llegan a afectar al “núcleo” de los estudios de inteligencia o apenas constituyen “notas a pie de página” que permiten a los practicantes de los estudios de inteligencia asegurar que se está huyendo del “anglocentrismo” y se están explorando muchas otras perspectivas. Aunque de hecho no sea así.
3) Por el momento, los sistemas anglosajones (sobre todo, los de Estados Unidos y el Reino Unido) van a seguir centrando el interés de los estudiosos de la inteligencia, por más que vayan apareciendo materiales relativos a otros países. Y quizá la razón principal para ello sea la facilidad de acceso a fuentes primarias (“One of the main reasons why so many intelligence scholars focus their research on the American and the British communities is because of the archival resources these countries have made available”; Van Puyvelde & Curtis, 1049). Si un investigador académico quisiera consagrarse al estudio de la comunidad de inteligencia del país X (distinto de Estados Unidos y Reino Unido) se encontraría con que muy pronto, quizá con apenas dos o tres trabajos publicados, habría agotado las posibilidades de las fuentes disponibles. Y que, quizá, ciertos temas de gran interés estarían por completo fuera de su alcance por falta de acceso a fuentes relevantes. Sin un sistema de desclasificación similar al de los principales países anglosajones, es muy difícil que surja una literatura “nacional” (o “regional”) sobre inteligencia.
[1] Ver https://www.gla.ac.uk/schools/humanities/staff/damienvanpuyvelde/ (acceso: 10 Mayo 2020).
[2] Van Puyvelde, D., & Curtis, S. (2016). ‘Standing on the shoulders of giants’: diversity and scholarship in Intelligence Studies. Intelligence and National Security, 31(7), 1040-1054.
Data and intelligence in times of global events: some lessons learned
Jose A. Gonzalez – Especialista en Ciberseguridad y Ciber Inteligencia
correo /en/ joseangel.net
| mayo de 2020 |
It seems logical to think that data and intelligence should provide preparedness and “best resolution path” as decision-takers plan actions and objectives for global events such as COVID-19. Countries and also political and economical unions (as the EU) have powerful mechanisms to obtain, analyse and provide intelligence from data, guiding decisions at the macro level in case of global events.
Regarding the micro-level (i.e. citizens), such capability is quite biased by the mass media, social networks and the “stampede effect” produced by mimicking others as, for example, the shop raids to purchase loo paper compulsively during COVID-19 outbreak. Although this bias could be reduced significantly by citizens’ education, adding the correct selection of information sources and the comparison of locals and foreign (i.e. other languages) sources of information, is not achieved in its majority. For the normally educated citizens, noise, disinformation and wrong guidance from politicians is a dense fog to fight against in the personal decision-making process.
Wrong guidance from politicians and media amplification (friend and foe) has shown one of the most dangerous threats to the population. Irresponsible declarations during COVID-19 crisis such as the presidents of Mexico[1], U.S.A.[2], Brasil[3] and the U.K.[4] costs lives, while other countries saved lives[5] by applying tough measures backed by the intelligence obtained from more correct information. In COVID-19 global event, there is a clear cause-effect relation between the correct information, decisions (public and personal, hence the auto-reclusion) and death toll reduction. Some of the already refereed countries as the UK even announced that “coronavirus death toll under 20,000 would be ‘good result’”[6], while others as the U.S.A. president announcing that “Coronavirus will disappear one day ‘like a miracle’”[7] during a press conference on last February 28. This declaration suffered a dramatic turn 34 days after when Trump declared the death toll could reach 240.000[8]. We could only fathom how political leaders could address those that had sworn to protect at the beginning of the crises with such false information. From this point on, imagination could make us wonder about irresponsibility, conspiracy theories, economic moves or simply applying Occam’s sword, not being fitted for the position. Correctness in communication and information, required to support decisions based on intelligence analysis, is another lesson learned that could cost lives.
Regarding information and statistical analysis for decision-taking (intelligence generation), the current crisis relied on scientific data based on quantitative and qualitative methods[5], shown correct from the scientific methods perspective, showing solid accuracy along time in cases such as Ebola[9] and SARS[10].
The only problem with the applicability of the axiomatic scientific methods is the inclusion of human behaviour randomness. When India’s P.M. Modi made a public statement on India’s public TV establishing a country lockdown last March 25th (following China and Europe’s experience), citizens have less than four hours to make a decision: “stuck indoors in New Delhi with no income and no way to earn money”(sic)[11] or return to their families’ house in the rural villages. The announcement caused a massive exodus saturating the transportation system and “spraying” the virus across the country. This exodus indicates that the economic factors of the population should matter and the communication and measures should be appropriated. On the other side, the “well informed” rich population made a movement for their second residence as the crisis began, as former Spanish P.M. Aznar did, “spreading fear and fury“(sic)[12] among citizens. Such behaviour has been qualified by Dr Cyrille Vartanian, one of the six physicians on Noirmoutier, as “Irresponsible and selfish, thought”(sic)[12]. Here we have another lesson learned: send a correct communication to your population’s different profiles including huge social measures and drive by example.
Another different and dangerous aspect is the far-right narrative in democratic governments. At the same time that cyberattacks storms hospitals in the middle of a health crisis[13] and thousands die in Italy and Spain, a government in the heart of Europe point out opposite-sign governments (which are buried in a country-level emergency) about its responsibility in COVID-19 propagation[14]. This is again, another move from someone who tries to stand their political position by using a (far-right) narrative, targetting susceptible individuals and their votes in their countries. The European Union have made enormous efforts to identify and fight against such narratives tagging this one specifically as “Eco-fascism”[15], but some EU leaders simply don’t follow (or don’t read) EU studies. Fortunately, Antonio Costa, Portugal P.M., qualified immediately such declaration as “disgusting” and “against EU spirit”. This example leads us to another important lesson learned: no matter how hard the circumstance, there is always someone who wants to make a profit from it.
All previously announced facts could be seen also as “fake news”, not only generated by the “usual suspects” but also by insiders and P.M., as seen before. Such “fake news” would only:
- Erode trust in media and governments by normalising disinformation.
- “Infoxication” and “paralysis by analysis” on citizens by social media influence and saturation operations.
- Disinformation can and is weaponized by self-serving government officials keen to shift the blame for the spread of the virus[16].
- Disinformation can lead to panic, confusion, and wrong decisions[17].
Population has free tools to check disinformation (as the free Bellingcat Online Investigation Toolkit) [18], but population lacks the training (or the mood, it really is a job in itself) to check information.
It would be useful to pinpoint which countries are targetted by disinformation and by whom[19], and what countries don’t seems to be targetted by fake news, in an environment where the three big global powers are challenging and chasing each other for a global domination.
For last but not the least, we face the problem of “how to include casualties on statistics”. As we could read in the news[20], every country have different ways to include figures in their statistics. Even some sources claimed that some countries are hiding the real figures [21]. Accounting methods should change and criteria be unified by authorities (WHO) in order to manage consistent and real data for decision-making based on a correct intelligence analysis, which should be more strategic and complement the data analysis.
Let’s hope that for the next crisis to come, countries would learn from this one increasing their data and information acquisition as well as their intelligence analysis based on a broader set of sources. Some countries are more advanced than others in this matter[22] and information, methods and plans should be publicly accessible to everyone. This tiny pale blue dot (paraphrasing Carl Sagan) is the only house that we have, and protecting the economy without thinking on human beings first is nonsense.
Jose A. Gonzalez
[1] Grillo, I. – The New Your Times – “Mexico, the Coronavirus and the Hugging President”, https://www.nytimes.com/2020/03/23/opinion/mexico-coronavirus-amlo.html (Accessed April 1st 2020)
[2] Pilkington, E., Bekiempis, V., Laughland, O. – The Guardian – “Pelosi accuses Trump of costing US lives with coronavirus denials and delays”, https://www.theguardian.com/us-news/2020/mar/29/pelosi-trump-coronavirus-response-inaction-delays (Accessed April 1st 2020)
[3] BBC News (In portuguese) – “Em rede nacional, Bolsonaro critica fechamento de escolas e comércio e compara coronavírus a ‘resfriadinho’” – https://www.bbc.com/portuguese/brasil-52028945 (Accessed April 1st 2020)
[4] Sridhar, D. – The Guardian – “Britain had a head start on Covid-19, but our leaders squandered it“ – https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/mar/23/britain-covid-19-head-start-squandered (Accessed April 1st 2020)
[5] Flaxman, S. et al. – London Imperial College – “Report 13: Estimating the number of infections and the impact of non-pharmaceutical interventions on COVID-19 in 11 European countries”, https://www.imperial.ac.uk/mrc-global-infectious-disease-analysis/covid-19/ (Accessed April 1st 2020)
[6] Sandle, P., Faulconbridge, G. – Reuters. “UK coronavirus death toll under 20,000 would be ‘good result’, says health chief” – https://www.reuters.com/article/us-health-coronavirus-britain/uk-coronavirus-death-toll-under-20000-would-be-good-result-says-health-chief-idUSKBN21F0HV (Accessed April 1st 2020)
[7] MSNBC – “Trump: Coronavirus will disappear one day ‘like a miracle’” – https://www.msnbc.com/deadline-white-house/watch/trump-coronavirus-will-disappear-one-day-like-a-miracle-79636549723 (Accessed April 1st 2020)
[8] Fritze, J. – USA Today – “Trump warns of ‘very painful’ time as aides predict US coronavirus death toll could reach 240,000” – https://eu.usatoday.com/story/news/politics/2020/03/31/trump-coronavirus-pandemic-could-kill-many-240-000-americans/5100446002/ (Accessed April 1st 2020)
[9] Kodish, S.R. et al. – NCBI (National Institutes of Health) – “A qualitative study to understand how Ebola Virus Disease affected nutrition in Sierra Leone—A food value-chain framework for improving future response strategies”, https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6736239/ (Accessed April 1st 2020)
[10] EK, N. et al.– NCBI (National Institutes of Health) -“Quantitative analysis and prognostic implication of SARS coronavirus RNA in the plasma and serum of patients with severe acute respiratory syndrome”. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14633867 (Accessed April 1st 2020)
[11] Kidangoor, A. – Time – “Modi’s Hasty Coronavirus Lockdown of India Leaves Many Fearful for What Comes Next” – https://time.com/5812394/india-coronavirus-lockdown-modi/ (Accessed April 1st 2020)
[12] Onishi, N., Méheut C. – The New York Times – “Rich Europeans flee virus for 2nd homes, spreading fear and fury” – https://www.nytimes.com/2020/03/29/world/europe/rich-coronavirus-second-homes.html (Accessed April 1st 2020)
[13] Bizga, A. – Bitdefender Blog- “Mysterious cyberattack cripples Czech hospital amid COVID-19 outbreak” – https://hotforsecurity.bitdefender.com/blog/mysterious-cyberattack-cripples-czech-hospital-amid-covid-19-outbreak-22566.html (Accessed April 1st 2020)
[14] Bernabé, D. – Publico.es – “La propagación del coronavirus por Europa contra la narrativa centroeuropea derechista” (in Spanish) – https://blogs.publico.es/otrasmiradas/30966/la-propagacion-del-coronavirus-por-europa-contra-la-narrativa-centroeuropea-derechista/ (Accessed April 1st 2020)
[15] Sterkenburg, N., Smit, Q., Meines, M. RAN Centre of Excellence. European Union. “Current and future narratives and strategies of far-right and islamist extremism”. https://ec.europa.eu/home-affairs/sites/homeaffairs/files/what-we-do/networks/radicalisation_awareness_network/ran-papers/docs/ran_pol-cn_most_often_used_narratives_stockholm_05042019_en.pdf (Accessed April 1st 2020)
[16] Evans, R. , Newsy – Bellingcat – https://www.bellingcat.com/news/2020/03/25/the-coronavirus-disinformation-system-how-it-works/ (Accessed April 1st 2020)
[17] McKenna, M., – Wired – “The Ibuprofen Debate Reveals the Danger of Covid-19 Rumors” – https://www.wired.com/story/the-ibuprofen-debate-reveals-the-danger-of-covid-19-rumors/ (Accessed April 1st 2020)
[18] Triebert, C. – Bellingcat – “Bellingcat’s Online Investigation Toolkit” – https://is.gd/u9v0Hw (Accessed April 1st 2020)
[19] Colomina, C. – CIDOB – “Coronavirus: infodemia y desinformación” – https://www.cidob.org/publicaciones/serie_de_publicacion/opinion/seguridad_y_politica_mundial/coronavirus_infodemia_y_desinformacion (Accessed April 1st 2020)
[20] Sevillano, E.G. – El País – “Tracking the coronavirus: why does each country count deaths differently?” – https://english.elpais.com/society/2020-03-30/tracking-the-coronavirus-why-does-each-country-count-deaths-differently.html (Accessed April 1st 2020)
[21] Bloomberg – Time – “China Hits Back at Report That It Hid Coronavirus Numbers”– https://time.com/5814313/china-denies-hiding-coronavirus/ (Accessed April 1st 2020)
[22] Gould, M., Joshi, I., Tang, M. – “The power of data in a pandemic” – Department of Health and Social Care, UK Government – https://healthtech.blog.gov.uk/2020/03/28/the-power-of-data-in-a-pandemic/ (Accessed April 1st 2020)
Datos e inteligencia en tiempos de eventos globales: algunas lecciones aprendidas
Jose A. Gonzalez – Especialista en Ciberseguridad y Ciber Inteligencia
correo /en/ joseangel.net
| abril de 2020 |
Parece lógico pensar que los datos y la inteligencia deberían proporcionar la preparación y la “mejor vía de resolución» a medida que los responsables de la toma de decisiones planifiquen acciones y objetivos para acontecimientos mundiales como COVID-19. Los países y también las uniones políticas y económicas (como la UE) tienen poderosos mecanismos para obtener, analizar y proporcionar información de inteligencia a partir de datos, guiando las decisiones a nivel macro en caso de acontecimientos mundiales.
En lo que respecta al nivel micro (es decir, los ciudadanos), esa capacidad está bastante sesgada por los medios de comunicación, las redes sociales y el «efecto de estampida» que se produce al imitar a otros, como, por ejemplo, los asaltos a tiendas para comprar compulsivamente papel higiénico durante el brote de COVID-19. Aunque este sesgo podría reducirse significativamente mediante la educación de los ciudadanos, la selección correcta de las fuentes de información y la comparación de las fuentes de información locales y extranjeras (es decir, de otros idiomas), no se logra en su mayoría. Para los ciudadanos normalmente instruidos, el ruido, la desinformación y la orientación errónea de los políticos es una densa niebla contra la que hay que luchar en el proceso de toma de decisiones personales.
La orientación errónea de políticos y la amplificación de los medios de comunicación (amigos y enemigos) ha demostrado ser una de las amenazas más peligrosas para la población. Las declaraciones irresponsables durante la crisis de COVID-19 como las de los presidentes de México[1], EE.UU.[2], Brasil[3] y el Reino Unido[4] cuestan vidas, mientras que otros países han salvado vidas[5] aplicando medidas duras, respaldadas por la inteligencia obtenida de información más correcta. En el evento global COVID-19, hay una clara relación causa-efecto entre la información correcta, las decisiones (públicas y personales, de ahí la auto-reclusión) y la reducción del número de muertes. Algunos de los países ya referenciados, como el Reino Unido, incluso anunciaron que «un número de muertes por coronavirus inferior a 20.000 sería un ‘buen resultado'»[6], mientras que otros, como el presidente de los Estados Unidos, anunciaron que «el coronavirus desaparecerá un día ‘como un milagro'»[7] durante una conferencia de prensa el pasado 28 de febrero. Esta declaración sufrió un giro dramático 34 días después cuando Trump declaró que el número de muertos podría llegar a 240.000[8]. No podíamos podíamos imaginar cómo los líderes políticos podían dirigirse a aquellos que habían jurado proteger al principio de la crisis con una información tan falsa. A partir de aquí, la imaginación podría hacernos preguntarnos sobre la irresponsabilidad, teorías conspirativas, movimientos económicos o simplemente la aplicación de la espada de Occam, demostrando no estar preparados para el puesto. La corrección en la comunicación y la información, necesaria para apoyar las decisiones basadas en el análisis de la inteligencia, es otra lección aprendida que podría costar vidas.
En cuanto a la información y el análisis estadístico para la toma de decisiones (generación de inteligencia), la crisis actual se basó en datos científicos basados en métodos cuantitativos y cualitativos[5], que se mostraron correctos desde la perspectiva de los métodos científicos, mostrando una sólida precisión a lo largo del tiempo en casos como el del Ébola[9] y el del SARS[10].
El único problema de la aplicabilidad de los métodos científicos axiomáticos es la inclusión de la aleatoriedad del comportamiento humano. Cuando el Primer Ministro Modi de la India hizo una declaración en la televisión pública de la India estableciendo un bloqueo del país el pasado 25 de marzo (siguiendo la experiencia de China y Europa), los ciudadanos se encontraron que tenían menos de cuatro horas para tomar una decisión: «encerrados en Nueva Delhi sin ingresos y sin forma de ganar dinero»(sic)[11] o regresar a la casa de sus familias en las aldeas rurales. El anuncio causó un éxodo masivo que saturó el sistema de transporte y «roció» el virus por todo el país. Este éxodo indica que los factores económicos de la población deben importar y que la comunicación y las medidas deben ser apropiadas. Por otro lado, la población rica «bien informada» hizo un movimiento para su segunda residencia al comenzar la crisis, como lo hizo el ex-presidente español Aznar, «sembrando el miedo y la furia»(sic)[12] entre los ciudadanos. Este comportamiento ha sido calificado por el Dr. Cyrille Vartanian, uno de los seis médicos de Noirmoutier como «pensamiento irresponsable y egoísta»(sic)[12]. Aquí tenemos otra lección aprendida: enviar una comunicación correcta a los diferentes perfiles de la población incluyendo amplias medidas sociales y dando ejemplo.
Otro aspecto diferente y peligroso es la narrativa de la extrema derecha en los gobiernos democráticos. Al mismo tiempo que los ciberataques asaltan los hospitales en medio de una crisis sanitaria[13] y miles de personas mueren en Italia y España, un gobierno en el corazón de Europa señala a los gobiernos de signo contrario (que están enterrados en una emergencia a nivel de cada país) sobre su responsabilidad en la propagación de COVID-19[14]. Esto es, una vez más, otro movimiento de alguien que intenta mantener su posición política utilizando una narrativa (de extrema derecha), apuntando a individuos susceptibles y a votos en sus países. La Unión Europea ha hecho enormes esfuerzos para identificar y luchar contra tales narrativas etiquetando ésta específicamente como «Eco-fascismo»[15], pero algunos líderes de la UE simplemente no siguen (o no leen) los estudios de la UE. Afortunadamente, Antonio Costa, diputado de Portugal, calificó inmediatamente tal declaración como «repugnante» y «contra el espíritu de la UE». Este ejemplo nos lleva a otra importante lección aprendida: no importa cuán dura sea la circunstancia, siempre hay alguien que quiere sacar provecho de ella.
Todos los hechos previamente anunciados podrían ser vistos también como «noticias falsas», no sólo generadas por los «sospechosos habituales» sino también por personas internas y mandatarios políticos, como se ha visto anteriormente. Tales «noticias falsas» sólo:
– Erosionan la confianza en los medios de comunicación y en los gobiernos al normalizar la desinformación.
– Provocando «infoxicación» y «parálisis por análisis» en los ciudadanos por la influencia de los medios sociales y las operaciones de saturación.
– La desinformación puede y es usada como arma por funcionarios gubernamentales interesados en cambiar la culpa de la propagación del virus[16].
– La desinformación puede llevar al pánico, la confusión y las decisiones equivocadas[17].
La población tiene herramientas gratuitas para comprobar la desinformación (como el Bellingcat Online Investigation Toolkit gratuito) [18], pero la población carece de la formación (o del ánimo, ya que es realmente un trabajo en sí mismo) para comprobar la información.
Sería útil señalar qué países son blanco de la desinformación y por quién[19], y qué países no parecen ser blanco de noticias falsas, en un entorno en el que las tres grandes potencias mundiales se desafían y se persiguen mutuamente por una dominación mundial.
Por último, pero no por ello menos importante, nos enfrentamos al problema de «cómo incluir las bajas en las estadísticas». Como pudimos leer en las noticias[20], cada país tiene diferentes maneras de incluir las cifras en sus estadísticas. Incluso algunas fuentes afirmaron que algunos países están ocultando las cifras reales [21]. Los métodos de contabilización deberían cambiar y los criterios deberían ser unificados por las autoridades (OMS) a fin de gestionar datos coherentes y reales para la adopción de decisiones sobre la base de un análisis de inteligencia correcto, que debería ser más estratégico y complementar el análisis de los datos.
Esperemos que para la próxima crisis que se avecina, los países aprendan de ésta aumentando su adquisición de datos e información, así como su análisis de inteligencia basado en un conjunto más amplio de fuentes. Algunos países están más avanzados que otros en esta materia[22] y la información, los métodos y los planes deberían ser accesibles al público en general. Este pequeño punto azul pálido (parafraseando a Carl Sagan) es la única casa que tenemos, y proteger la economía sin pensar primero en los seres humanos es un sinsentido.
Jose A. Gonzalez
[1] Grillo, I. – The New Your Times – “Mexico, the Coronavirus and the Hugging President”, https://www.nytimes.com/2020/03/23/opinion/mexico-coronavirus-amlo.html (Accessed April 1st 2020)
[2] Pilkington, E., Bekiempis, V., Laughland, O. – The Guardian – “Pelosi accuses Trump of costing US lives with coronavirus denials and delays”, https://www.theguardian.com/us-news/2020/mar/29/pelosi-trump-coronavirus-response-inaction-delays (Accessed April 1st 2020)
[3] BBC News (In portuguese) – “Em rede nacional, Bolsonaro critica fechamento de escolas e comércio e compara coronavírus a ‘resfriadinho’” – https://www.bbc.com/portuguese/brasil-52028945 (Accessed April 1st 2020)
[4] Sridhar, D. – The Guardian – “Britain had a head start on Covid-19, but our leaders squandered it“ – https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/mar/23/britain-covid-19-head-start-squandered (Accessed April 1st 2020)
[5] Flaxman, S. et al. – London Imperial College – “Report 13: Estimating the number of infections and the impact of non-pharmaceutical interventions on COVID-19 in 11 European countries”, https://www.imperial.ac.uk/mrc-global-infectious-disease-analysis/covid-19/ (Accessed April 1st 2020)
[6] Sandle, P., Faulconbridge, G. – Reuters. “UK coronavirus death toll under 20,000 would be ‘good result’, says health chief” – https://www.reuters.com/article/us-health-coronavirus-britain/uk-coronavirus-death-toll-under-20000-would-be-good-result-says-health-chief-idUSKBN21F0HV (Accessed April 1st 2020)
[7] MSNBC – “Trump: Coronavirus will disappear one day ‘like a miracle’” – https://www.msnbc.com/deadline-white-house/watch/trump-coronavirus-will-disappear-one-day-like-a-miracle-79636549723 (Accessed April 1st 2020)
[8] Fritze, J. – USA Today – “Trump warns of ‘very painful’ time as aides predict US coronavirus death toll could reach 240,000” – https://eu.usatoday.com/story/news/politics/2020/03/31/trump-coronavirus-pandemic-could-kill-many-240-000-americans/5100446002/ (Accessed April 1st 2020)
[9] Kodish, S.R. et al. – NCBI (National Institutes of Health) – “A qualitative study to understand how Ebola Virus Disease affected nutrition in Sierra Leone—A food value-chain framework for improving future response strategies”, https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6736239/ (Accessed April 1st 2020)
[10] EK, N. et al.– NCBI (National Institutes of Health) -“Quantitative analysis and prognostic implication of SARS coronavirus RNA in the plasma and serum of patients with severe acute respiratory syndrome”. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14633867 (Accessed April 1st 2020)
[11] Kidangoor, A. – Time – “Modi’s Hasty Coronavirus Lockdown of India Leaves Many Fearful for What Comes Next” – https://time.com/5812394/india-coronavirus-lockdown-modi/ (Accessed April 1st 2020)
[12] Onishi, N., Méheut C. – The New York Times – “Rich Europeans flee virus for 2nd homes, spreading fear and fury” – https://www.nytimes.com/2020/03/29/world/europe/rich-coronavirus-second-homes.html (Accessed April 1st 2020)
[13] Bizga, A. – Bitdefender Blog- “Mysterious cyberattack cripples Czech hospital amid COVID-19 outbreak” – https://hotforsecurity.bitdefender.com/blog/mysterious-cyberattack-cripples-czech-hospital-amid-covid-19-outbreak-22566.html (Accessed April 1st 2020)
[14] Bernabé, D. – Publico.es – “La propagación del coronavirus por Europa contra la narrativa centroeuropea derechista” (in Spanish) – https://blogs.publico.es/otrasmiradas/30966/la-propagacion-del-coronavirus-por-europa-contra-la-narrativa-centroeuropea-derechista/ (Accessed April 1st 2020)
[15] Sterkenburg, N., Smit, Q., Meines, M. RAN Centre of Excellence. European Union. “Current and future narratives and strategies of far-right and islamist extremism”. https://ec.europa.eu/home-affairs/sites/homeaffairs/files/what-we-do/networks/radicalisation_awareness_network/ran-papers/docs/ran_pol-cn_most_often_used_narratives_stockholm_05042019_en.pdf (Accessed April 1st 2020)
[16] Evans, R. , Newsy – Bellingcat – https://www.bellingcat.com/news/2020/03/25/the-coronavirus-disinformation-system-how-it-works/ (Accessed April 1st 2020)
[17] McKenna, M., – Wired – “The Ibuprofen Debate Reveals the Danger of Covid-19 Rumors” – https://www.wired.com/story/the-ibuprofen-debate-reveals-the-danger-of-covid-19-rumors/ (Accessed April 1st 2020)
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[19] Colomina, C. – CIDOB – “Coronavirus: infodemia y desinformación” – https://www.cidob.org/publicaciones/serie_de_publicacion/opinion/seguridad_y_politica_mundial/coronavirus_infodemia_y_desinformacion (Accessed April 1st 2020)
[20] Sevillano, E.G. – El País – “Tracking the coronavirus: why does each country count deaths differently?” – https://english.elpais.com/society/2020-03-30/tracking-the-coronavirus-why-does-each-country-count-deaths-differently.html (Accessed April 1st 2020)
[21] Bloomberg – Time – “China Hits Back at Report That It Hid Coronavirus Numbers”– https://time.com/5814313/china-denies-hiding-coronavirus/ (Accessed April 1st 2020)
[22] Gould, M., Joshi, I., Tang, M. – “The power of data in a pandemic” – Department of Health and Social Care, UK Government – https://healthtech.blog.gov.uk/2020/03/28/the-power-of-data-in-a-pandemic/ (Accessed April 1st 2020)
La importancia de la comunicación estratégica en momentos de crisis.
En estos momentos de crisis se ponen de manifiesto aspectos como la respuesta de un Estado para gestionarlas, tomando las medidas necesarias con oportunidad, la importancia de la respuesta de la sociedad y el papel trascendental que juega la comunicación a todos los niveles
Con este artículo no pretendo analizar este aspecto de la situación actual, que por su complejidad requeriría un estudio más amplio y profundo, pero si quiero llamar la atención sobre lo que los expertos denominamos “Comunicación Estratégica”: su importancia ante cualquier situación y la trascendencia que tiene su puesta en práctica de forma adecuada
No hay que considerar solo los resultados que se consiguen con una buena comunicación sino, también, la necesidad de contrarrestar toda la desinformación que se genera alrededor de una crisis.
La actual Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) hace referencia a que, “en el contexto actual de crisis constantes, el fomento de la resiliencia de la sociedad y de las Administraciones adquiere una importancia esencial”.
La ESN también menciona que “la Comunicación Estratégica es una de las dimensiones críticas ante este tipo de situaciones, con el objetivo de transmitir a la sociedad una información veraz, ajustada y oportuna”.
En el caso de una crisis a nivel estatal, el objetivo debe ser liderar la gestión de la información relevante y fortalecer la capacidad de recuperación, manteniendo la estabilidad necesaria para garantizar la continuidad de la acción del Gobierno, dirigida a la protección de los ciudadanos y la provisión de los servicios esenciales, para retornar al estado de normalidad en el menor tiempo posible, de modo que se minimicen las consecuencias negativas sobre la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
¿Qué entendemos por Comunicación Estratégica? Strategic Communication o STRATCOM. No hay una definición única, la podemos definir de forma sencilla como “un medio o un instrumento cuya finalidad es establecer un vínculo entre las organizaciones y su entorno, en línea con una estrategia global, que ayude a conseguir los objetivos de quien lo utiliza”.
La mayor parte de las crisis actuales afectan a ámbitos muy distintos y son imprevisibles en cuanto a su evolución e impacto, pudiendo requerir medidas que no hayan sido testadas previamente.
El uso de internet cobra una dimensión especial por las vías de comunicación que ofrece y, en particular, porque las redes sociales se han consolidado como el principal espacio de relación e influencia entre personas y entre organizaciones. A los aspectos generales, como salvaguardar la privacidad y la protección adecuada de los sistemas y bases de datos, hay que unir la difusión de informaciones que en situaciones de crisis pueden llegar a difuminar los mensajes de las organizaciones responsables de hacerles frente.
El uso de información dudosa es el día a día de los que se manejan en la red, por eso es importante sensibilizar sobre la necesidad de considerar cada información en función de su fiabilidad y credibilidad, con el fin de no otorgar a toda la información disponible el mismo valor.
El uso de la desinformación es muy antiguo y siempre ha estado presente en las relaciones humanas, pero su capacidad de multiplicación a partir de herramientas como las redes sociales y el acceso casi universal a internet las han convertido en “armas de influencia masiva”. El porcentaje de personas que tiene dificultades para distinguir entre noticias falsas e informaciones verdaderas es muy alto.
Es evidente que las acciones de influencia, el uso intencionado de las redes sociales y la desinformación o el uso de las fake news tienen como objetivo influir en la opinión de decisores políticos, sociales, empresariales y en la propia sociedad.
En este contexto, la Comunicación Estratégica se presenta como una de las dimensiones críticas, con el objetivo de defender los intereses generales tanto del Estado como de las organizaciones en general.
Es fundamental disponer de una estrategia de comunicación que incluya su implementación. Un parte importante de una estrategia es la forma en que se va a comunicar: la comunicación es perfecta cuando el mensaje se ha transmitido, recibido y ha causado el efecto buscado y suele ser más sencilla si utiliza el código de la emotividad.
Sin duda, una buena comunicación puede ayudar mucho a la puesta en práctica de la estrategia de una organización y también a la resolución de conflictos.
Cuando se gestiona una crisis o para resolver un conflicto, se debe elaborar un Plan de Comunicación en línea con la estrategia de actuación que se haya decidido. Son varios los factores a considerar:
- El Plan de Comunicación debe incluir los objetivos a conseguir, los elementos esenciales a transmitir y la designación de la persona o personas que van a comunicarlo.
- La reputación de la organización y la credibilidad de los comunicadores. La reputación, buena o mala, predispone.
- Establecimiento de una estrategia de comunicación corporativa que incluya a todos los organismos implicados e integre todas las actuaciones en el objetivo general.
- Elaboración de los mensajes a transmitir. Es necesario considerar su contenido, los argumentos sobre los que se sustentan y adaptarlos en cada momento a la evolución de la situación con oportunidad.
Liderar la comunicación implica ser muy ágil en los momentos y contenidos que se transmiten, ser proactivo para mitigar los efectos de las campañas en redes sociales, concienciar a la audiencia sobre la importancia de la fiabilidad de las fuentes y actuar con la máxima previsión huyendo de la improvisación.
En estos momentos, la crisis originada por el coronavirus es un buen ejemplo en lo relativo a la Comunicación Estratégica: podemos constatar su dimensión crítica, la importancia que tiene la transmisión de la información y las medidas que se están adoptando, los efectos que todo ello causa en la población y si se consiguen los objetivos informativos fijados en cada momento de su evolución.
La utilización de principios de la comunicación estratégica, como el liderazgo y la credibilidad de los comunicadores, la comprensión de sus mensajes, la coordinación de los esfuerzos de todas las organizaciones involucradas, la oportunidad en la transmisión de las informaciones y la adaptación de los mensajes a la evolución de la crisis, son aspectos clave para minimizar sus consecuencias y las de la desinformación que inevitablemente se genera y conseguir volver a la normalidad lo antes posible.
Marzo 2020
Juan José García
intcompetitiva.jjgarcia@gmail.com
En la era de la información: desinformación. Cómo formar en el pensamiento crítico. Webinar jueves 20 de abril 18:00 horas
En la era de la información:
desinformación.
Cómo formar en el pensamiento crítico
Jueves, 30 de abril a las 18 horas
Webinar organizado por:
Inscríbete gratuitamente en: catedra.serviciosinteligencia@urjc.es
EN LA ERA DE LA INFORMACIÓN: DESINFORMACIÓN
Se trataría de reflexionar cómo en una sociedad saturada por el volumen de información, hoy más que nunca necesitamos contrastar los hechos y la información para formar una opinión crítica y responsable. Hoy está demostrado que un número muy elevado de personas no saben distinguir entre una noticia falsa y una verdadera, una buena historia y un anuncio publicitario, distinguir entre el mundo real y el virtual. Todo ello influye ne cómo las personas piensan y se comportan, sin que ellas siquiera sean conscientes, teniendo esto consecuencias últimas en el funcionamiento de las democracias.
Todo lo cual nos lleva a la necesidad de dotar de herramientas analíticas apropiadas que sirvan para que el ciudadano genere pensamiento crítico y construya sus opiniones en base a la realidad.
Ponentes
CÁTEDRA DE SERVICIOS DE INTELIGENCIA Y SISTEMAS DEMOCRÁTICOS
Dr. Fernando Velasco Fernández
Director de la Cátedra Servicios de Inteligencia y Sistemas Democráticos de la Universidad Rey Juan Carlos y profesor Titular del Departamento de Economía Aplicada I, Historia e Instituciones Económicas y Filosofía Moral.
D. Santiago Montesinos Chía
Analista de Inteligencia especializado en desinformación y propaganda. Profesor en el Máster interuniversitario de analista de inteligencia y colaborador de la Cátedra de Servicios de Inteligencia y Sistemas Democráticos
D. José Ángel González Andrés
Analista especializado en Ciberseguridad. Profesor en el Máster interuniversitario de analista de inteligencia y colaborador de la Cátedra de Servicios de Inteligencia y Sistemas Democráticos.
Moderadora
Dª. Susana Cuena Parejo
Licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración, especialidad Análisis Político por la Universidad Complutense de Madrid. Graduada en Igualdad de Género por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Los servicios de inteligencia ante pandemias como la del Covid-19
| abril de 2020 |
Entre las misiones que tienen la mayoría de los Servicios de Inteligencias del mundo se encuentran las del seguimiento y lucha contra la proliferación de todo tipo de armas, entre ellas las llamadas NBQ, nucleares, bacteriológicas y químicas. Ello significa, en teoría, que uno de sus objetivos de trabajo englobaría, directa o indirectamente, el caso de la pandemia que padecemos de la COVID-19, sin que tengamos que confirmar, a priori, si este virus ha sido fabricado como arma por algún país, o ha sido una desdichada negligencia, de nefastas consecuencias para el mundo entero.
Los gobiernos de la mayoría de los países del mundo se han visto desbordados por la rapidez de expansión del virus y por sus repercusiones sociales, amenazando con consecuencias graves como el bloqueo de los sistemas sanitarios. La medida más eficaz encontrada en todos estos países, a falta de una vacuna o medicamento que pare la pandemia, ha sido el confinamiento, más o menos radical, de los ciudadanos, con el cierre de colegios, universidades y suspensión de todas las actividades económicas que no se consideren de primera necesidad. A nadie se le escapa las consecuencias negativas que dichas medidas están teniendo y van a tener sobre la economía de los países, así como la amenaza que representa para el sistema financiero internacional.
La dificultad de la gestión de esta pandemia y su efectos sociales y económicos, hace que el futuro más inmediato sea muy difícil de prever. Los expertos hablan de que las relaciones sociales no serán como antes y que la economía nacional se recuperará a un ritmo más lento comparado con el de su caída.
Y en toda esta crisis, ¿qué papel van a jugar los Servicios de Inteligencia?, ¿y cuáles son las adaptaciones a realizar, si es que hay que hacer alguna, a este nuevo escenario, que parece que ha llegado para quedarse entre nosotros?
Calder Walton, Director de Investigación del Proyecto de Inteligencia, de la Harvard Kennedy School, ha sido uno de los primeros en hacer unas reflexiones en este sentido, considerando la COVID-19 como una amenaza sin precedentes para la seguridad nacional e internacional. Considera que los Servicios de Inteligencia tendrán un papel importante en esta lucha.
Walton adelanta en su artículo publicado en Foreign Policy[1] cuatro ámbitos donde los servicios pueden hacer una gran contribución a la lucha contra este tipo de amenazas: el análisis y evaluaciones sobre la propagación e impacto de virus, en íntimo trabajo y colaboración con los epidemiólogos, virólogos, economistas y otros expertos; la actividad de la contrainteligencia en el seguimiento de amenazas biológicas y de países susceptibles de utilizarlas, como son China, Corea del Norte, Irán y Rusia; la contra información para neutralizar la desinformación y propaganda, con una acción centrada en las redes sociales; y por último, la vigilancia intrusiva, con desarrollo y utilización de softwares de rastreo telefónico para el control de los infectados.
Es obvio que estos cuatro ámbitos se refieren a la lucha directa contra una potencial pandemia, pero se evidencia que el panorama económico y financiero que se abre ante nosotros, tras la crisis de la COVID-19, necesita también de un análisis y seguimiento sobre los desafíos económicos y financieros que se presentan, así como las pautas que deben de seguirse en la progresiva recuperación de la normalidad.
Como se puede inferir, las capacidades y el potencial de análisis que poseen los Servicios de Inteligencia deben de ser empleados y puede ser usados en numerosos ámbitos para el apoyo al gobierno en la toma de decisiones. Es conocido que el gobierno israelí está utilizando a la Unidad de Inteligencia 8200 en colaboración con el ministerio de la salud del país, para luchar con eficacia contra el COVID-19[2]. El Mossad y el Shin Bet se encuentra muy comprometidos en esta lucha.
Las Agencias de Inteligencia de EEUU ya lo han venido haciendo, y se conocen varios informes, de los meses de enero y febrero, en los que alertaban del peligro de la pandemia[3]. En Francia, el servicio de inteligencia exterior, la Dirección General de la Seguridad Exterior, DGSE, según informa France24[4], está involucrada, en todos los frentes y desde el primer momento, en el problema de la COVID-19, con la vigilancia de la población, el rastreo de enfermos, acciones de influencia contra la desinformación y en la captación de mercados de equipos médicos, especialmente en la búsqueda de respiradores.
En general, son muchos y variados los ámbitos en los que los Servicios de Inteligencia pueden trabajar y seguirán haciéndolo en apoyo a la toma de decisiones de los gobiernos. Por citar algunos importantes, se puede nombrar desde las alertas sobre la propagación de virus en países de origen y la vigilancia del posible uso perverso de los mismos por países, a la protección y defensa de los intereses nacionales durante la pandemia y en el futuro mundo postpandemia, cuya geopolítica coinciden los expertos en que ya no será como antes.
En España, la vigente Estrategia de Seguridad Nacional aprobada en el año 2017, ya contempla el fenómeno de la proliferación de epidemias y pandemias. La ESN es el marco de referencia para la política de Seguridad Nacional. En su capítulo 4 valora dicho fenómeno no como una amenaza, sino como un desafío, y lo recoge así: En las últimas décadas, el número de enfermedades emergentes identificadas y de situaciones de riesgo asociadas a ellas ha aumentado. Se han identificado al menos seis alertas sanitarias globales, todas ellas con un importante impacto a nivel nacional: el Síndrome Respiratorio Agudo Grave, la gripe por virus A/H5N1, la pandemia de gripe por virus A/H1N1, la nueva diseminación internacional del poliovirus salvaje, la enfermedad por virus Ébola en África del Oeste y la infección por virus Zika.
La ESN reconoce las vulnerabilidades a las que está sometido el país y la dificultad de poder lograr un riesgo cero: Reducir la vulnerabilidad de la población a los riesgos infecciosos cuando es factible (por ejemplo, mediante la vacunación), la probabilidad de introducción de riesgos infecciosos (por ejemplo, mediante el control e inspección de mercancías en frontera), así como la probabilidad de transmisión interna de enfermedades (por ejemplo mediante buenos programas de prevención y promoción de la salud o buenos sistemas de saneamiento) es fundamental para minimizar los riesgos y su posible impacto sobre la población.
Teniendo en cuenta que el riesgo cero es casi imposible, el documento hace hincapié en la importancia de “desarrollar planes de preparación y respuesta ante amenazas y desafíos sanitarios, tanto genéricos como específicos” así como pone de relevancia el carácter multisectorial de las respuestas “de todas las administraciones implicadas tanto a nivel nacional como internacional”.
Por su parte, el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), en su documento “Horizonte 2040, Panorama de Tendencias Geopolíticas”, publicado por el Ministerio de Defensa español en diciembre de 2018[5], también recoge la posibilidad de este fenómeno cuando expresa que: La salud de la población será uno de los grandes desafíos del siglo xxi, con la proliferación de epidemias y pandemias.
Incluso adelanta unas orientaciones hacia donde deben de implementarse las medidas para su lucha: La mayor frecuencia de pandemias, junto a la necesidad de atajar los brotes en su lugar de origen, requerirá un mayor uso de capacidades e instalaciones militares. También será necesario establecer más medidas de control del personal a su regreso, especialmente cuando proceda de regiones con riesgo de brotes epidémicos.
En España, el Centro Nacional de Inteligencia, organiza, estructura y legitima sus actividades basado en los objetivos que el gobierno le marca en la Directiva de Inteligencia, la cual aprueba anualmente el ejecutivo. En la próxima reunión de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia, que es el órgano de trabajo del gobierno para la redacción de la Directiva de Inteligencia, es muy posible que se le dé relevancia a la amenaza bacteriológica y, tras la triste experiencia que estamos viviendo, se integre como un nuevo objetivo independiente en la Directiva de Inteligencia, sobre el cual, el CNI organizará y estructurará su trabajo para cumplirlo.
[1] Calder Walton, Spies Are Fighting a Shadow War Against the Coronavirus, 3 de abril 2020, Foreign Policy, disponible en https://foreignpolicy.com/2020/04/03/coronavirus-pandemic-intelligence-china-russia/
[2] Esti Peled, Israel utiliza inteligencia militar para superar la crisis por el coronavirus, 5 de abril de 2020, disponible en https://www.enlacejudio.com/2020/04/05/israel-utiliza-inteligencia-militar-para-superar-la-crisis-por-el-coronavirus/
[3] Shane Harris, Greg Miller, Josh Dawsey y Ellen Nakashima, U.S. intelligence reports from January and February warned about a likely pandemic, 21 de marzo de 2020, disponible en https://www.washingtonpost.com/national-security/us-intelligence-reports-from-january-and-february-warned-about-a-likely-pandemic/2020/03/20/299d8cda-6ad5-11ea-b5f1-a5a804158597_story.html
[4]Ali Laidi, Coronavirus : avec la pandémie, les services de renseignement sur tous les fronts, 8 de abril de 2020, France24, disponible en https://www.france24.com/fr/20200408-coronavirus-avec-la-pand%C3%A9mie-les-services-de-renseignements-sont-sur-tous-les-fronts
[5] Ministerio de Defensa, Panorama de tendencias geopolíticas Horizonte 2040, 18 de diciembre de 2018, disponible en http://www.ieee.es/Galerias/fichero/OtrasPublicaciones/Nacional/2019/panorama_de_tendencias_geopoliticas_2040.pdf
La inteligencia y la crisis del COVID19
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“It is difficult to make predictions, especially about the future». |
| José Miguel Palacios, 14 de abril de 2020 |
Hace algunas semanas, Javier Jordán[1] pasaba revista en las páginas de El País a diversas previsiones que a lo largo de los últimos años se habían hecho, tanto en España como en otros países, sobre el posible impacto de una pandemia global. Y su conclusión, muy bien documentada, era que lo que nos ha ocurrido no ha sido una sorpresa. Que se trataba de una de las contingencias que los especialistas en prospectiva hacía tiempo que consideraban posibles. Que la pregunta real no era por qué no se previó (que sí se hizo), sino por qué no se tomaron a tiempo las medidas preventivas adecuadas.
Es este, desde luego, uno de los grandes problemas de los sistemas de alerta temprana: ¿cómo hacer que las alertas se traduzcan en respuestas políticas eficaces? La Comisión Europea explicaba muy claramente este dilema en el título de una conferencia que organizó en 2007: From Early Warning to Early Action[2]. Porque parece claro que una buena alerta temprana no siempre desencadena una acción preventiva eficaz.
Javier Jordán señala en su artículo algunos de los problemas que dificultan la adopción temprana de decisiones. Y a su análisis me remito. Aunque, sin pretender agotar el tema, yo añadiría tres más a las que él apunta:
a) Prestamos mucha atención a las previsiones correctas y mucha menos a las incorrectas. Quizá porque somos conscientes de la dificultad de predecir el futuro, lo que hace que nos impresionen más los aciertos que los errores. Quizá también porque los encargados de la inteligencia prospectiva tienden a utilizar sus pronósticos correctos como indicio de eficacia, de calidad, algo siempre muy difícil de medir con exactitud en las actividades de inteligencia. El caso es que a las mesas de los decisores llegan no solo las predicciones que más tarde se revelan exactas, sino también muchas otras que son demasiado vagas, o demasiado exageradas. O que son, simplemente, erróneas. ¿Y cómo distinguir de antemano las unas de las otras? Pues no resulta nada fácil.
b) Se ha escrito que la inteligencia, para ser eficaz, tiene que llegar a los decisores en el momento preciso. Es decir, cuando el tema esté ya sobre sus mesas y antes de que hayan tomado las decisiones[3]. Porque, si están ocupados con otras cuestiones, no van a tener tiempo (ni ganas) de dedicar demasiada atención a algo que puede suceder o no. Es lo que ocurrió con el magnífico NIE sobre Yugoslavia de la Comunidad de Inteligencia norteamericana (1990). La administración Bush estaba centrada en la crisis soviética y en la crisis de Kuwait, y no tenía demasiado interés en hacer hueco en sus agendas para una nueva crisis como la que el NIE pronosticaba[4].
c) Con todo, el mayor problema es que cualquier medida preventiva que un gobierno quiera adoptar tiene un “precio”. Un precio que el gobierno debe pagar gastando parte de su “capital político”. Está claro que en una democracia el pueblo encuentra razonable que se gaste todo lo necesario en hacer frente a una amenaza real, visible, que pueda percibir y comprender con la información de que dispone. Es el caso de la actual pandemia, de la amenaza de ETA durante tantas décadas, o del terrorismo de Al-Qaida a partir de 2001. Los ciudadanos tendrán, en cambio, más dificultades en aceptar gastos y esfuerzos encaminados a contrarrestar amenazas que no conocen y que quizá no lleguen a materializarse. Y son precisamente las amenazas de este tipo las que, supuestamente, debería detectar un sistema eficaz de alerta temprana.
[1] JORDÁN, J. (2020). ‘COVID-19’ y prospectiva en seguridad y defensa. Agenda Pública El País, 28 Marzo 2020. http://agendapublica.elpais.com/covid-19-y-prospectiva-en-seguridad-y-defensa/ (acceso: 12.04.2020).
[2] Ver https://ec.europa.eu/jrc/en/event/early-warning-early-action-developing-eu-s-response-crisis-and-longer-term-threats-7760 (acceso: 13.04.2020).
[3] “For intelligence to be welcomed and to have an impact, it must arrive at the right time, which is after the leaders have become seized with the problem but before they have made up their minds”. Jervis, Robert (2010). Why Intelligence Fails: Lessons from the Iranian Revolution and the Iraq War. Cornell Studies in Security Affairs. pg. 167.
[4] Treverton, Gregory F., and Renanah Miles (2017). “Unheeded Warning of War: Why Policymakers Ignored the 1990 Yugoslavia Estimate.” Intelligence and National Security 32, no. 4 (2017): 506–522.
La crisis como exégesis de la Inteligencia. Una cuestión práctica.
Daniel Terrón Santos
Universidad de Salamanca
Codirector de la Cátedra “Almirante Martín Granizo”
| abril de 2020 |
Hasta hace no mucho era poco frecuente encontrar los términos crisis e inteligencia en el mismo párrafo. Al margen de la situación generada por el COVID-19, crisis con mayúsculas por todo lo conocido y por lo sin conocer, el término lo vamos a emplear para diferenciar ésta de aquellas situaciones que impliquen un conflicto bélico, declarado o no. Alejándonos igualmente de las épocas o momentos pre-bélicos, dado que éstos no son más que caldos de cultivo para las consecuencias posteriores, donde las intervenciones de los servicios de inteligencia están demasiado condicionados por la situación en la que desembocan estos periodos, diferenciándose en poco de la labor que desarrollarán de forma postrera.
Luego será preciso entender el concepto de crisis desde una perspectiva amplia, sin focalizarlo en un único campo y tomando en consideración factores políticos, sociales o económicos. Factores susceptibles de sufrir perturbaciones que desembocarán, de no haberse podido prever y evitar, en inestabilidad de estados o instituciones, que requerirán de actuaciones correctoras por parte de los órganos responsables, para detectar, paliar, corregir, resolver o simplemente conseguir subsistir.
Visto así, no queda si no incidir en el carácter ciertamente previsible de los cambios que se producen, crisis mediante. Todo cambio, mayor o menor, consecuencia de una crisis, es previsible. Podrá existir cierto grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, que es lo que diferencia a un cambio de una mera reacción automática. Incluso podrá arrastrar tras de sí consecuencias trascendentales, que van más allá de una crisis y que pueden culminar en revoluciones o fenómenos análogos. Pero todo esto no empece para que se postule su previsibilidad, consecuencia de los signos externos que vaticinan dicho cambio.
Pudiera parecer que hablar de crisis y revolución necesariamente implica violencia, sobre todo al hacerlo de ésta última, pero nada más lejos de la realidad. Un cambio tecnológico, uno social o un nuevo paradigma, son motores de cambio suficientes para provocar que una sociedad cambie su estructura incluso su gobierno, de forma más o menos radical. Incluso el agotamiento de un ideario político o el propio hastío en la población respecto a éste, pueden suponer cambios radicales en la sociedad y su organización.
Dicho esto, una concepción tradicional, contemplaría, incluso justificaría, únicamente la labor de los servicios de inteligencia en aquellos casos donde estuviera presente un casus belli, o se presumiera una revolución, sin embargo, esto ni puede, ni debe, ni es así, afortunadamente. Nuestra sociedad, la de hoy, que, pese a no parecerlo, es la misma en lo básico, que la de hace 50-60 años, incluso podríamos ir más atrás, sólo que, habiendo pasado por diversas crisis y sus obligatorios cambios, es fiel fedataria de lo anterior. La continua transformación en el que está inmersa la sociedad, produce que surjan nuevas realidades, unas positivas y otras todo lo contrario. Entre éstas últimas nos encontraríamos con amenazas a la Seguridad nacional e internacional a las que debemos hacer frente mediante políticas públicas de prevención adecuadas. Para esto es preciso contar con unos servicios de inteligencia actuales y modernos; especializados y capaces de poder afrontar cualquier tipo de crisis, amenaza, riego o vulnerabilidad a nuestros intereses nacionales, en sus diferentes manifestaciones y cualesquiera que éstos fueran, nuestra forma de vida y costumbres y nuestro ordenamiento jurídico.
Actualmente la sociedad se mueve en periodos de alarma y respuesta reducidos, y de ciclos de decisión cortos, siendo la clave del éxito la anticipación, que se facilita a través de la inteligencia oportuna. Los conflictos, en su máxima expresión la guerra, las crisis, o la mera defensa de los intereses nacionales tiene múltiples actores que deben trabajar integrados para dar respuesta a situaciones complejas. Estamos ante un entorno internacional de seguridad más convulso, caracterizado por la velocidad del cambio, los choques estratégicos y la proliferación de “crisis”. Se antoja fundamental comprender la motivación de los cambios, pero sobre todo anticiparse a sus consecuencias y gestionar la incertidumbre, dotándose de estructuras dinámicas y flexibles.
Pero gestionar las crisis no es algo sencillo, de lo contrario no sería crisis. Entre las distintas fases en la gestión de crisis en un arco temporal (desde la alerta temprana hasta la respuesta), cobra particular relevancia el seguimiento permanente del entorno de seguridad y sus constantes cambios, los sistemas de inteligencia e información, el desarrollo de metodologías de análisis de riesgos y de instrumentos que contribuyan a la protección contra la desinformación, así como la formación o la realización de ejercicios de gestión de crisis.
La respuesta a la crisis, implica tener mecanismos y estructuras, públicas y privadas, de gestión apropiados. Mecanismos tanto para captar la información necesaria –sensores o sondas-, desde un determinado espacio-temporal, como los precisos para trabajar en procesos intelectivos con esa información, y los que se encarguen de transmitirla, previa comparación con otras, obtenidas en situaciones similares. Sin olvidar aquellos que, al final, tras el análisis casi instantáneo de la información, sean capaces de dar una orden, adoptar una decisión, etc. con los fines pretendidos, ya sea de carácter político, económico o militar. La inteligencia se tiene que adaptar a cualquier situación, aunque no sea la ideal ni la menos conflictiva.
Conviene dar una lectura rápida a la Estrategia de Seguridad Nacional (2017), donde se reconoce la existencia de ámbitos de especial interés, como son la ciberseguridad o la seguridad energética, en los que no solo se requiere la actuación de los componentes fundamentales, sino del conjunto de las administraciones y de la sociedad en general. A esto debemos añadir la conectividad de un mundo en red, que incluye el internet de las cosas, la inteligencia artificial, la ingeniería genética y la robotización tendrán importantes implicaciones para la seguridad. Por eso, desde la perspectiva de la seguridad, nacional o incluso global, la interconectividad diluye las fronteras, habrá que dirigir esfuerzos en implementar un sistema eficaz de gobernanza sobre las nuevas tecnologías.
Uno de los factores no tradicionales es la proliferación de actores no estatales en la esfera internacional con sus consecuencias inherentes: presencia cada vez mayor de intereses contrapuestos. Este fenómeno se ve espoleado, en muchas ocasiones, por la falta de cohesión social dentro de las propias fronteras estatales, o por la lucha por hacerse con los recursos escasos –los nuevos materiales, las tierras raras, etc., que hacen depender el desarrollo tecnológico, el control de las fuentes de energía –aquí las renovables darían un giro definitivo al estado de la cuestión-, o las propias cuestiones medioambientales, sin olvidar la escasez de alimentos, que, al igual que la anterior puede generar movimientos migratorios descontrolados y de cierta envergadura. Todos ellos son riesgos de ámbito internacional, quedando fuera del control de un único actor. Además, quizá sea lo más importante, aunque no siempre se observe a primera vista, se trata de fenómenos pluridimensionales, y donde está férreamente asida la presencia de competencia entre operadores, luego se han de abordar desde una perspectiva de cooperación e interdependencia, pero manteniendo la competencia por un mejor posicionamiento.
Bien hacíamos cuando planteamos no dejar fuera a los actores privados en esta cuestión, pese a la posición preponderante del Estado y sus estructuras. Como mínimo es de esperar la respuesta de las empresas estratégicas, de los operadores de infraestructuras críticas, de los centros de investigación o prospectiva y de la sociedad civil en su conjunto. En el contexto actual de crisis constantes, el fomento de la resiliencia de la sociedad y de las Administraciones adquiere una importancia esencial. Desarrollar la capacidad de superar situaciones que implican riesgos de resultados negativos, es la primera parte de la labor, completada con el mantenimiento de estabilidad necesaria para garantizar la continuidad en la acción del Gobierno, mediante la adaptación positiva a la situación adversa.
Esto supone garantizar la protección de los ciudadanos junto con la provisión de los servicios esenciales, para retornar al estado de normalidad en el menor tiempo posible. Esto no implica volver hacia atrás, sino adaptarse. Hay que tener en cuenta que no todo cambio es reversible, ni tampoco necesariamente negativo. Puede ser que el cambio, aun siendo para bien, implique, al menos en su comienzo, situaciones desfavorables debidas a la falta de previsión y anticipación, que haga más o menos difícil la adaptación de infraestructuras y servicios al mismo. En ese caso, habrá que procurar minimizar las consecuencias negativas sobre la seguridad y el bienestar de los ciudadanos, en lo que dure el proceso de adaptación. Ante este tipo de situaciones, la comunicación es una herramienta estratégica, en tanto que es el cauce idóneo para transmitir a la sociedad una información veraz, ajustada y oportuna, generando, como mínimo, una seguridad percibida.
La inteligencia es indiferente al escenario de que se trate. Le da igual que sea un campo de batalla militar, un espacio comercial o industrial, o cualquier ámbito político, tampoco estará mediatizada por los actores de esos escenarios. No prefiere a unos sobre otros, se limita a tomar en consideración los ámbitos de desempeño material y funcional, a la par que procura poner de manifiesto los objetivos e intereses de todos los actores, su capacidad y motivación. No puede ser ajena a ningún escenario y, en todos ellos, tiene que dar a conocer cómo interactúan los actores. Además, permitir al decisor tener la iniciativa, exige mirar hacia adelante, teniendo presente lo pasado, sin perder de vista a la situación actual, en definitiva, tiene un componente de prospectiva fundamental.
The end of the Internet as we know it
Jose A. Gonzalez – Especialista en Ciberseguridad y Ciber Inteligencia
correo /en/ joseangel.net
| abril de 2020 |
Hace dos meses, podíamos leer en Forbes que Rusia está desplegando equipos en sus infraestructuras de soporte al acceso a Internet (la denominada RuNet) para permitir su aislamiento frente al mundo “Putin Begins Installing Equipment To Cut Russia’s Access To World Wide Web“ (1). Por otro lado, China siempre ha sido el país que más ha bloqueado el acceso a Internet, mientras que Arabia Saudi controla qué puede ver su población en Internet e Iran bloquea sistemáticamente servicios y contenidos que no pueden controlar. Todo esto está complementado por otros países como Corea del Norte donde simplemente el libre acceso (o el simple acceso) a Internet por parte de la población no parece “estar permitido” a todos, por los sabios dictámenes del “Gran Líder”.
Curiosamente, algunos de estos países que bloquean el libre acceso a sus ciudadanos (sin tener en cuenta la dificultad idiomática), han utilizado y explotado Internet para diferentes actividades ilícitas como el robo de información, ataques a terceros y campañas de desinformación a otros países:
- China:
- En la que el nombre APT-1 (Advanced Persistent Threat) fue acuñado a través del informe de Mandiant(2) de proincipios de 2013, en el que se involucra directamente al Ejército de la República Popular China en acciones de ciberataques.
- Desde entonces, diferentes APT se han identificado con origen en China.
- Este país cuenta con una de las mayores capacidades ofensivas de ciberataque y penetración a objetivos para la obtención de información estratégica, como ya se indicaba en 2013(3). Un claro ejemplo es el asombroso parecido entre el caza del ejército chino Shenyang J-31 y el caza del ejército de EEUU F-35C, con el que China pasó de disponer de aviones de guerra de cuarta generación (como el Chengdu J-10) a aviones -supuestamente- de quinta generación (Shenyang J-31 y Chengdu J-20) adelantándose a otros países (como Europa-Typhoon-, Suecia -Grippen- o Francia -Rafalle-)(4).
- Rusia:
- La (supuesta) acción de desinformación por la agencia Rusa IRA, como indica el Senate Intelligence Committee de EEUU(5), en las últimas elecciones de ese país.
- Su APT más famoso (Fancy-Bear) está detrás de ataques altamente sofisticados que incluye malware de desarrollo propio y adquirido en mercados clandestinos de Internet.
- Corea del Norte:
- Con su grupo APT más famoso denominado Lazarus, cuyo ataque más publicitado fué la venganza contra Sony por la creación de la película The Interview, en la que se ridiculiza a Kim Jong-un. Sus miembros (supuestamente) se forman en China(6).
- Informes de grandes consultoras de ciberseguridad indican que Lazarus tiene como objetivo prioritario a Corea del Sur.
- Irán:
- APT 34, 35 y 39 (denominado este último como “Turla”), estando detrás de múltiples ciberataques y robos de información, con su nueva versión de malware denominada “Topinambour”(7).
Desde luego no hay que eliminar de la ecuación a otros estados (EEUU, Alemania, Francia y otros) que también realizan este tipo de acciones, pero al menos su población puede usar libremente Internet dentro de su marco legal democrático.
La pregunta obvia es si el resto del mundo seguirá permitiendo el acceso libre a recursos en Internet o creará nuevas “vallas” a “su” Internet, llevándose probablemente por delante algunos de los derechos de libre acceso a la información a los que los ciudadanos de estos Estados hemos incorporado a nuestra forma de obtener información.
Otro efecto colateral podría darse en el control que las autoridades ejerzan sobre los recursos de Internet en un Estado. Este es el concepto más complejo de tratar, ya que una de las facilidades de Internet es la ubicuidad y el fácil acceso a recursos desde otros países, ya que en Internet el concepto de frontera queda totalmente diluido. Un claro ejemplo de ello es el hecho de que cualquiera puede “simular” acceder desde EEUU a través de Internet, contratando una VPN (red privada virtual en Castellano) por un coste muy bajo, mientras el mismo ejercicio desde China pasa a ser extremadamente complicado para un ciudadano.
Estas capacidades a su vez abren la puerta a un diálogo sobre la posibilidad de uso de cifrado en las comunicaciones por parte de los ciudadanos, derecho que muchos grupos como EFF (Electronic Frontier Foundation) y un sinnúmero de ciudadanos y asociaciones luchan por mantener.
Cabe pensar si estas iniciativas (como la de Rusia antes citada) que apenas se citan en un medio pueden llegar a limitar nuestro acceso a Internet como ciudadanos, puedan llegar a producir un efecto dominó provocado por la protección de nuestras infraestructuras, aunque vivamos en un marco democrático (como el caso de España(8)). Quizás el efecto mencionado por N. Klein en su Teoria del Shock pueda calar desde entornos de defensa y protección del Estado hacia sus estructuras de gobierno democráticas, produciendo un (justificable o injustificable) cambio de narrativa del término de “libertad en Internet” hacia el ciudadano, limitando y/o condicionando su uso. O quizás las tecnologías avanzadas y procedimientos de protección puedan frenar este hecho y proteger de forma eficaz al Estado?.
Como última reflexión cabe pensar que si estos augurios se llegan un día a cumplir e Internet continua limitándose como efecto de la protección y el bien común (nuestras vidas dependen cada vez más de ella), qué pasará con la libertad de información y la penetración de las narrativas generadas por medios afines a los estados en el “corralito” informativo en el que viviremos?. Cómo de mermadas quedarán las capacidades OSINT en Internet de los profesionales de Inteligencia?.
(1) https://www.forbes.com/sites/zakdoffman/2019/09/24/russia-begins-installing-equipment-to-cut-its-access-to-world-wide-web/
(2) https://www.fireeye.com/content/dam/fireeye-www/services/pdfs/mandiant-apt1-report.pdf
(3) https://www.idga.org/government-defense-it-communications/news/pentagon-admits-f-35-data-theft-is-a-major-problem
(4) http://www.aerospaceweb.org/question/history/q0182.shtml
(5) https://www.nytimes.com/2019/10/08/business/senate-report-russia-election.html
(6) https://www.scmp.com/news/world/article/2131470/north-korea-barely-wired-so-how-did-it-become-global-hacking-power
(7) https://threatpost.com/turla-apt-malware-anti-censorship/146472/
(8) https://boe.es/boe/dias/2019/11/05/pdfs/BOE-A-2019-15790.pdf